Diego Velázquez
La infanta doña Margarita de Austria [detalle]
Hacia 1660
Lienzo. 2,12 x 1,47
Museo del Prado, Madrid.
Este retrato es quizá la última obra en que Velázquez puso los pinceles, y aun es posible que, como algunos críticos afirman, el lienzo haya sido concluido por su yerno Martínez del Mazo, que hereda su puesto de pintor de cámara.
Velázquez, que en los últimos años de su vida debió pintar poco y sólo retratos oficiales, ocupado su tiempo por los otros quehaceres de su creciente importancia en la vida de palacio, dejó varios retratos magistrales de esta infanta destinada a ser emperatriz de Alemania, algunos de los cuales son hoy gala del Museo de Viena.
Aquí extremó el pintor la armonía de los tonos con el dominante rosa salmón y plata del ampuloso traje cortesano, y llegó quizás al punto más alto en el proceso de desmaterialización de su técnica, hecha aquí la pincelada pura espuma de aire y de luz. Véase, por ejemplo, la casi inverosímil trasparencia del pañuelo de encaje o el chisporroteo luminoso de la mano y la rosa.