Pierre y Marie Curie
Estudiante en París. Una vez en París, Manya Sklodowska se instaló durante un tiempo en casa de su hermana y su cuñado. Luego, para estar más cerca de la universidad, la futura Marie Curie decidió trasladarse a una minúscula buhardilla del Barrio Latino, donde vivía completamente sola de la escasa pensión que le enviaba su padre. Su obsesión era estudiar. Para ahorrar carbón apenas encendía la estufa y pasaba horas y horas haciendo números y ecuaciones con los dedos entumecidos y los hombros temblando de frío. A veces, para entrar en calor, se paseaba por su sórdida estancia con una manta raída sobre los hombros y un libro en las manos. Llegó a pasar semanas enteras sin tomar otro alimento que té con pan y mantequilla. Esta dieta terrible no tardó en provocarle anemia: tenía desvanecimientos y debía tumbarse en su jergón, donde en ocasiones perdía el conocimiento. Al volver en sí, regresaba a sus libros dispuesta a dejar todo lo que obstaculizara su trabajo. En la imagen, Manya Sklodowska a los dieciséis años de edad.