Napoleón Bonaparte
Emperador. El genio militar de Napoleón seguiría brillando durante el Imperio; ya en las campañas italianas al servicio
del Directorio, el general corso había revolucionado la concepción estratégica y sentado las bases de lo que sería
el arte militar hasta comienzos del siglo XX. Los tres principios básicos de su concepción militar descansaban sobre la potencia,
la seguridad y la economía de fuerzas;
su manifestación se encontraba en la posesión de la iniciativa y en la búsqueda del objetivo estratégico decisivo, sin perder
energías en grandes maniobras de distracción. Napoleón reordenó la composición de los ejércitos, buscando la
especialización de los distintos cuerpos, y empleó masivamente la artillería en batalla y la caballería para la persecución
del adversario. A partir de 1805, Napoleón sostuvo una serie ininterrumpida de batallas victoriosas contra las potencias coaligadas en su contra.
En 1810 Napoleón se encontraba en la cima de su poder; su dominio de los estados vasallos del continente era absoluto, si bien el esfuerzo para
mantener el control era extraordinario. En la imagen, un retrato efectuado por el pintor italiano Andrea Appiani en 1805.