Napoleón Bonaparte
La coronación de Napoleón. En 1802, Napoleón hizo aprobar la llamada Constitución del año X, que le nombraba Cónsul Vitalicio y le permitía
elegir a un sucesor, lo que significaba casi una restauración monárquica. La desconfianza inglesa antes los planes expansionistas napoleónicos
reavivó la guerra; además de poner en marcha un programa de expansión colonial, Napoleón tutelaba en el centro de Europa una
reordenación constitucional en su beneficio. Londres incitó varios complots que fracasaron, favoreciendo así sin proponérselo
la persecución de los opositores a Napoleón, que acabó consiguiendo la adhesión de antiguos revolucionarios. Ello fue aprovechado
por Napoleón para establecer una monarquía hereditaria y proclamarse emperador, haciéndose coronar por el Papa en la Catedral de Notre
Dame (2 diciembre de 1804). En la imagen, detalle del famoso cuadro La coronación de Napoleón, de Jacques Louis David: Napoleón,
tras haberse ceñido el laurel imperial (no permitió que se lo impusiera el Papa), corona emperatriz a Josefina.