Marco Polo

 
Estirpe viajera. Tal vez sería injusto decir que Marco Polo, al igual que su padre y su tío, eran personajes fuera de lo normal, ya que en aquella misma época eran muchos los comerciantes que se arriesgaban a viajar a países lejanos y desconocidos. Los Polo, en todo caso, fueron los más afortunados; no los que obtuvieron mayores riquezas, ni los que alcanzaron más poder en sus ciudades de origen; pero sí los que llegaron más lejos que ningún otro europeo. Su padre Nicolás y su tío Mateo habían iniciado, hacia 1260, una larga y dilatada expedición comercial desde las orillas del mar Negro (Soldaia, en la península de Crimea) que les llevaría hasta la ciudad de Bujara (Transoxania), en el Asia Central. Tras residir allí durante tres años, Nicolás y Mateo Polo se unieron a una embajada con destino a la corte de Kublai Khan cuando pasaba por la ciudad. Este soberano mongol de la dinastía Yuan, que reinó entre 1260 y 1294, y que era conocido como el "Señor de los tártaros de toda la tierra y de todos los reinos", los recibió con gran cordialidad. Kublai pidió a los hermanos Polo que regresasen a Europa con cartas para el papa, en las que le pedía cien hombres doctos y aceite de la lámpara que ardía en el Santo Sepulcro de Jerusalén. En la imagen, los Polo ante Kublai Khan.