Godofredo Ortega Muñoz
(San Vicente de Alcántara, 1899 - Madrid, 1982) Pintor español. De formación autodidacta, viajó en su primera juventud por Europa, Asia Menor y Egipto; durante una estancia en París descubrió la obra de Van Gogh y de Cézanne y conoció a Picasso, y en Italia entró en contacto con el arte de Giovanni Cimabue y de Giotto. Después de la Guerra Civil se instaló en su pueblo natal y en 1952 se trasladó a Madrid. Su obra se centra en la interpretación realista del paisaje extremeño y castellano; le interesaba la naturaleza en cuanto tal, y dentro de ella los pequeños detalles. Cultivó el paisaje, el bodegón y el retrato de los tipos de su tierra, con un estilo sobrio en el que predominan los ocres, grises y negros y que se aleja del academicismo en busca de la espontaneidad y de la emotividad.
Hombre con burro y paraguas (1953), de Godofredo Ortega Muñoz
Puede afirmarse que toda la formación artística de Godofredo Ortega Muñoz fue autodidacta. Tras finalizar los estudios de bachillerato en Salamanca, se trasladó a Madrid, donde se dedicó a realizar dibujos en el Museo Nacional de Reproducciones Artísticas y, después, a copiar grandes obras en el Museo del Prado; también se aficionó entonces a pintar al aire libre. En 1920 pasó a París, iniciando una serie de viajes por Italia, Alemania, Francia, Suiza, Bélgica, Austria, Grecia, Hungría, los países escandinavos y parte de Oriente Medio, al tiempo que exponía sus cuadros en numerosas galerías con una buena acogida por parte de la crítica.
Durante una breve estancia en España entre 1926 y 1928 se vinculó a la llamada Escuela de Vallecas, impulsada por Alberto Sánchez y Benjamín Palencia, entre otros artistas, y presentó en el Círculo Mercantil de Zaragoza su primera exposición individual. Después de radicarse entre 1930 y 1935 en Stresa (localidad italiana al pie de los Alpes) con el acuarelista inglés Rowley Smart, volvió a España y expuso en el Círculo de Bellas Artes de Madrid; poco después residió en Marsella, donde contrajo matrimonio con Leonor Jorge Ávila (diciembre de 1936).
Durante la Guerra Civil (1936-1939) abrió un nuevo periodo de viajes y exposiciones en diversos países europeos hasta su definitiva vuelta en 1940, año de su segunda exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. En la década de 1940, instalado en su pueblo natal, fue redefiniendo su estilo pictórico, centrado en el paisaje y los tipos populares de Extremadura y Castilla, tratados con modernidad gracias al uso de formas simples y colores terrosos, huella de la influencia del primitivismo italiano en su obra.
Viñas y olivos (1973)
En 1953, un año después de fijar su residencia en Madrid, celebró una calurosamente elogiada retrospectiva de su obra en el Museo de Arte Contemporáneo. Fue en la década de 1950 cuando su pintura se reafirmó mostrando una sólida madurez de estilo, fijando el tipo de campesino humilde exento de pintoresquismo. En los años 60 sus temas se redujeron casi exclusivamente al paisaje, paulatinamente más depurado de motivos y complejidades compositivas y formales, despojado ya del todo de ciertos gestos retóricos que emparentaban su pintura con la obra de José Gutiérrez Solana. Desde entonces la entrega a un esencialismo paisajista fue total.
Considerando el total alejamiento de Ortega Muñoz de las vanguardias pictóricas de principios y mediados de siglo, es comprensible la dificultad que tuvo su arte en ser reconocido; de ahí la falta de un estudio profundo y un catálogo razonado, y las escasas oportunidades para contemplar su obra en exposiciones antológicas. Algunos de sus lienzos más reconocidos son Gil Bel (1926), Campesino extremeño (1939), El postigo y la muchacha (1950), Castilla. Verano (1950), Hombre con burro y paraguas (1953), Viñas y olivos (1973) y Rioja (1976).
Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet].
Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en
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