José Gutiérrez Solana
(Madrid, 1886 - 1945) Pintor español. Pasó su infancia en Santander y, alentado por su padre, inició estudios de pintura con su tío. Su talento precoz le llevó a abandonar el bachillerato y a empezar a participar en varios certámenes de pintura.
Su estilo, heredero de la tradición tremendista del genial Francisco de Goya e influido por autores como Roualt, Munch, Kokoschka, Nolde y Soutine, define el carácter de un hombre adusto y torturado. Ello se traduce en una pintura marcada por la aparición de personajes populares y de los bajos fondos, con los que Solana muestra su particular visión de la condición humana. Autor de corte realista, se le considera el introductor del movimiento expresionista en España.
En 1917 regresó a Madrid y comenzó a frecuentar varias tertulias de café. En La tertulia del Pombo, el autor retrató a parte de la Generación del 98, a la que se le considera adscrito. Su interés por representar temas de tono costumbrista y, en especial, por reflejar la vida callejera del Madrid de su época, aparece en obras como El ciego de los romances, Los payasos, Los traperos, El rastro o Carnaval. En ellas tiende a utilizar colores oscuros y a recrearse en la dureza de los rostros de sus personajes. Los trazos negros, los colores pardos y un pincel duro y doliente son rasgos característicos de su estilo.
Los payasos (1920)
y Las coristas (1929)
En sus lienzos, el artista recogió el tema de la muerte (El rapto de san Ignacio), el casticismo patético de los temas taurinos (El patio de caballos), las escenas de la vida de la gente de teatro (Las coristas) o la vida de los trabajadores humildes (La vuelta de la pesca). No menos importantes son sus retratos. Su labor como dibujante, por otra parte, corre pareja con su importancia como pintor; prueba de ello son las ilustraciones y los grabados de diversos libros.
La obra de Solana fue inicialmente rechazada por la crítica de la época, y hasta 1929 no recibió su primer premio importante: la Medalla de la Exposición Universal de Barcelona. Un año antes había sido invitado por Edgar Neville a París, donde causó muy buena impresión en los ambientes culturales de la capital francesa. Fue en París donde el autor pasó parte de la guerra civil española y donde logró su mayor reconocimiento.
Con la finalización del conflicto bélico, el autor regresó a España y, pocos días después de su fallecimiento, le fue otorgada a título póstumo la Medalla del Honor Nacional. Considerado como el mejor cronista gráfico de la España del primer tercio del siglo XX, Solana combinó su actividad pictórica con la publicación de varios ensayos. El primero de ellos lleva por título Madrid, escenas y costumbres (1913-1919). A éste le siguieron La España negra (1920), Madrid callejero (1923) y Dos pueblos de Castilla (1924). En 1926 se editó su única novela, titulada Florencio Cornejo. Sus escritos proporcionan una visión costumbrista y esperpéntica de la España de principios del siglo XX.
Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet].
Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en
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