Rafael Nadal
En la cumbre. Ya en 2006, su primer gran éxito (después de ganar el Torneo de Dubai) tuvo lugar en el Master Series de Montecarlo, donde derrotó en la final al suizo Roger Federer en su primer gran enfrentamiento del año. Poco después, en abril, igualó el récord de 46 victorias consecutivas en tierra batida conseguido por Bjorn Borg, mientras que en mayo, al vencer en una intensísima final de nuevo a Federer, ganó el Torneo de Roma e igualó el histórico récord de 53 victorias consecutivas en tierra que ostentaba Guillermo Vilas, superado en la primera ronda de Roland Garros el 29 de mayo, en un partido disputado ante el sueco Robin Soderling. Su éxito se vio refrendado de manera magistral con la consecución de su segundo Roland Garros, al vencer en la final a Federer y convertirse en el primer tenista que lograba un segundo título consecutivo en París después de haberlo ganado en su primer año de participación. Superó, además, el récord antes citado, con ochenta y un partidos consecutivos sin conocer la derrota, hasta mayo de 2007, cuando cayó en la final del Masters de Hamburgo ante Federer. Batiendo un récord tras otro, Nadal siguió imparable: ganó su tercer y su cuarto Roland Garros (2007 y 2008) y alcanzó la cumbre al ganar su primer Wimbledon (2008) tras derrotar a Federer en la final, en un partido antológico que será recordado muchos años. El lugar de honor que ocupa es más que merecido.