Gestas y opiniones del doctor Faustroll, patafísico
Escrita en 1898 y también traducida como Hechos y dichos del doctor Faustroll, patafísico, esta novela del iconoclasta escritor francés Alfred Jarry sólo vería la luz póstumamente en 1911. El nombre de su protagonista, Faustroll, deriva abiertamente del connubio entre el héroe goethiano y las pequeñas criaturas demoníacas de la tradición nórdica; la patafísica, término que ya había aparecido sin aclaraciones explícitas en otras obras de Jarry, es definida como "la ciencia de las soluciones imaginarias". Es la ciencia, precisa Faustroll, "de lo que se añade a la metafísica", del mismo modo que la metafísica lo es de lo que está por encima de la física. La culminación de este hacer ciencia por absurdo se alcanza cuando Jarry dedica un capítulo del libro a la medición de la superficie de Dios, acompañada de fórmulas matemáticas y conclusiones del tipo "Dios es el punto de tangencia entre cero e infinito".
Alfred Jarry
Dando por sentado que la narración a menudo es absurda de por sí, la novela no presenta una auténtica historia. Nacido en una genérica Circasia en 1898 (a los sesenta y tres años, edad conservada durante toda su vida), el doctor Faustroll parte en compañía del ordenanza Panmuphle y del mono Bosse-de-Nage (muy locuaz a pesar de que sólo es capaz de pronunciar la palabra "ha ha") para realizar un viaje a bordo de una extraña embarcación llamada "as", fabricada con una triple membrana agujereada que la hace impermeable, pero que prudentemente sólo es empleada en tierra firme.
El doctor Faustroll y sus acompañantes visitan cierto número de "islas" que corresponden a otros tantos lugares literarios. Cada isla, en efecto, está dedicada a un escritor, de cuyo lenguaje se sirve a menudo el autor en sentido tanto de aprobación como satírico. Obviamente, durante este viaje los recuerdos literarios se enredan; cada personaje que encuentran, cada línea, esconde una referencia. Jarry oculta a toda la cultura contemporánea en estas páginas, tratadas de una forma siempre diversa pero nunca reticente, pues los nombres de aquéllos a quienes están dedicadas, puestos al principio de los distintos capítulos, dejan adivinar la presencia de valores positivos.
Substancialmente, la actitud del autor no difiere de otras obras suyas: en cada circunstancia jamás deja de mezclar lo sacro con lo profano, de difuminar el límite entre lo serio, lo irónico y lo satírico; la profanación se encuentra en la base de su humor, como la ironía es a menudo autoironía. Su precedente en la tradición literaria es Rabelais, pero toda la cultura alquímica, hermética y esotérica confluye en el peculiar decadentismo de Jarry y acaba instituyendo un nuevo clima "grotesco", que en esta obra aparece de hecho mucho más rico y original que en la más celebrada de su producción, Ubú rey. Las sugestiones proporcionadas por esta "ciencia de las soluciones imaginarias" que es la patafísica constituyen un capítulo aparte, y conciernen más a las costumbres que a la literatura.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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