Economía y sociedad
Este tratado del sociólogo alemán Max Weber fue publicado póstumamente en Tubingen en el año 1922 por su viuda, Marianne Weber. En la primera parte del libro, "Teoría de las categorías sociológicas", después de la formulación de los conceptos sociológicos fundamentales y de la elaboración de una precisa terminología sociológica (capitulo I), Weber trata de establecer las principales categorías relativas a los distintos campos de la investigación sociológica: las relaciones económicas, las relaciones de poder y las relaciones de casta y clase.
Max Weber
Así, en el capítulo II se distinguen las diversas orientaciones de la acción económica: la actuación económica tradicional, la actuación económica racional respecto al fin y la actuación económica racional respecto al valor. Además, se examinan las relaciones entre economía y grupos sociales, las cuales se articulan de diversos modos, dando lugar a grupos económicos (como la sociedad de accionistas), a grupos reguladores de la economía (como el sindicato), a grupos de ordenación (como el puro estado de derecho), etcétera. Se dedican luego amplios y minuciosos análisis a conceptos como el de mercado, el cálculo monetario, el comercio y el dinero.
En el capítulo III, refiriéndose a las ideas corrientes de la ciencia política, como ya, en el capítulo anterior, se había referido a las de la teoría económica, Weber define los diversos fundamentos de legitimidad de las diferentes formas de poder. Se reconocen tres tipos de poder legítimo: el poder legal (racional), que "se apoya en la creencia en la legalidad de ordenamientos establecidos"; el poder tradicional, que "se apoya en la creencia diaria en el carácter sagrado de las tradiciones válidas desde siempre"; y el poder carismático, que "se apoya en la entrega extraordinaria al carácter sagrado de una persona". En el breve capítulo IV, último de la primera parte, se distinguen y aclaran los conceptos de casta y clase, y especialmente los de situación de casta (condicionada por el modo de vida, por la educación, por el prestigio) y situación de clase (condicionada económicamente).
La segunda parte del tratado, "La economía en relación con las ordenaciones y fuerzas sociales", se dedica al análisis de la relación bidireccional (de condicionamiento recíproco) que existe entre la economía y las diferentes formas de relación social. La comprensión del sentido y de la medida de este condicionamiento es el objetivo que se propone Weber en el curso del análisis de las diversas formas de comunidad y asociación: la comunidad doméstica y sus derivaciones (capítulo III), la comunidad étnica (IV), la comunidad religiosa (V), la comunidad de mercado (VI), las relaciones jurídicas (VII) y la comunidad política (VIII).
Como resultados de este estudio sistemático se deducen algunos fenómenos sociológicos típicos del mundo occidental (por ejemplo, el abandono del sistema de cobertura del presupuesto, propio de la comunidad doméstica y de las comunidades de ella derivadas, con la consiguiente disolución de la familia; o el abandono de una postura religiosa que implica la negación del mundo y su substitución por una ascética mundana que se empeña en una transformación ética de la vida económica), fenómenos que establecieron condiciones necesarias o favorables para el desarrollo de la economía capitalista moderna. Este examen permite a Weber plantear y resolver el problema de la individualidad del capitalismo moderno, que se había venido colocando en el centro de sus intereses.
El punto culminante de este análisis se produce, en Economía y sociedad, en el noveno y último capítulo de la segunda parte ("Sociología de la dominación") y particularmente en el último apartado del capítulo, titulado "La institución estatal racional y los partidos políticos y parlamentos modernos (Sociología del Estado)". Weber trabaja teniendo en cuenta, particularmente, dos grandes experiencias: la de la funcionalidad parlamentaria británica y la del autoritarismo bismarckiano; es decir, tomando como referencia dos polos opuestos, el cesarismo de un Bismarck y una eficiente democracia representativa como la inglesa.
Acercándose a la crisis mundial de la democracia, y casi presagiándola, Weber traza las líneas de una sociología de la democracia de masa; pero por su cuenta, en una profesión de liberalismo, insiste en la insustituibilidad de los parlamentarios, como instrumento racionalizante de la política del estado moderno. "El peligro de la democracia de masa para la política del estado consiste, precisamente, en la posibilidad de una fuerte preponderancia de elementos emotivos en la política. La masa en cuanto tal, prescindiendo de los estratos sociales que la componen en cada caso, piensa sólo hasta mañana".
De ello se deriva explícitamente la defensa de los partidos, de la selección electoral y de las cámaras representativas, "donde la cabeza fría y clara logra dominar en las decisiones responsables". Esta llamada a la libertad y a la verdad en la política cierra la obra no en forma de peroración, sino de necesario distingo entre razón y emoción. El liberalismo de Weber consistía en pensar que los valores de verdad y libertad "no pueden subsistir sin lucha, pero tienen que saber justificar y afrontar a sus adversarios en la historia, que es el lugar natural de la violencia." A partir de la segunda edición (1925), se añadió a la obra un apéndice con el ensayo titulado "Los fundamentos racionales y sociológicos de la música".
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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