William Shakespeare
First Folio. Shakespeare nunca se preocupó de editar sus obras; no eran más que papeles que circulaban en copias para que los actores preparasen la representación y eran propiedad de la compañía de teatro. En 1623 los intérpretes John Heminge y Henry Condell, escandalizados ante la abundancia de copias piratas y los plagios, publicaron la edición que hoy se conoce como "First Folio": Mr. William Shakespeares [sic] Comedies, Histories, & Tragedies. Published According to the True Original Copies. Es la primera y legendaria reunión de sus obras en el corpus que hemos heredado. Recogidos en este Primer Folio y contrastados con versiones individuales de muchas piezas llamadas quartos, se cuentan treinta y cuatro títulos de Shakespeare, aunque sean treinta y siete obras, ya que Enrique IV se divide en dos partes y Enrique VI en tres.
Aunque suele clasificarse esta producción en varias etapas, la difícil datación de sus obras y su heterogeneidad hace difícil seguir su evolución. A un primer momento de su producción corresponden diez dramas que reproducen episodios de la historia inglesa, alternándose con comedias. Entre los primeros sobresalen los dedicados a la Guerra de las dos Rosas (1377-1485) que acabó con Ricardo III. Respecto de las comedias, cuya estima ha crecido durante el siglo XX, revelan un cambio de tono muy notorio, desde el entramado convencional y la festiva pirotecnia verbal de Trabajos de amor perdidos o la singularísima El sueño de una noche de verano hasta las más tardías, como El mercader de Venecia, en la que por primera vez chocan proyectos humanos y religiones de modo insalvable, y Medida por medida, donde los cambios de sexo están al servicio de una inquisición severa de las flaquezas ligadas a la ambición. Un segundo momento de mayor madurez se iniciaría con Romeo y Julieta (c.1594) y Julio César (c.1597-1600), seguidas, entre 1601 y 1609, de Hamlet, Otelo, Macbeth y El rey Lear. Un poco más tarde, en 1606-1608, Antonio y Cleopatra exhibe un tratamiento de llamativa belleza dramática y eficaz construcción de caracteres históricos del mundo antiguo (el general romano Marco Antonio y la reina egipcia Cleopatra). Siguió, contemporánea al retiro a Stratford-upon-Avon, La tempestad (1610-1612), considerada la lección definitiva y postrera del genio. Además de este magno conjunto, a Shakespeare se le atribuyó la enigmática obra Timón de Atenas, que hoy se considera de su autoría.