Charles Darwin

 
El origen de las especies. Tras una dilatada recopilación de datos (iniciada en la expedición del Beagle), una sistemática observación de vegetales, animales y fósiles y una no menos extensa lectura de obras sobre geología y otras materias, Darwin concluyó que las especies se originaban a través de una selección operada por el medio ambiente que conducía a la supervivencia de los individuos dotados de las variaciones más idóneas, transmitidas luego por herencia. Lo más original de la propuesta darwinista no era pues la idea de la evolución, sino la de la selección natural como mecanismo explicativo de la misma, hipótesis que fue seguida por un apasionado debate científico y cultural, sobre todo a partir de que su autor la aplicara a los seres humanos en su obra El origen del hombre y la selección en relación al sexo (1871). El azar (origen de las variaciones) y la adaptación al medio sustituía así a una acción creadora de origen divino como causa de la diversidad de especies. A partir del mismo momento de su formulación, el evolucionismo superó las fronteras biológicas dentro de las cuales había sido diseñado por Darwin para influir profundamente en distintos ámbitos del pensamiento. En la imagen, la primera edición de El origen de las especies (1859).