Cristóbal Colón
El descubrimiento. La travesía duró treinta y tres días. Impulsados por los vientos favorables del este, los tres barcos
arribaron el 12 de octubre de 1492 a la isla de Guanahaní, llamada por Cristóbal Colón San
Salvador (en la actualidad isla de Watling, en las Bahamas), después de que el marinero Juan Rodríguez Bermejo, conocido como Rodrigo
de Triana, diese el preceptivo grito de "¡Tierra!",
ganándose los mil maravedíes que el rey Fernando había prometido al primero que viese las costas de Asia. El almirante descendió a
tierra con el notario real, el capellán y los oficiales; luego se arrodilló, dio gracias a Dios y con gran pompa tomó posesión
de la isla en nombre de los Reyes Católicos, mientras grupos dispersos de indígenas, desnudos y aparentemente inofensivos, contemplaban con
curiosidad a los recién llegados. Colón escribiría: "Son tan ingenuos y tan generosos con lo que tienen que nadie lo creería
de no haberlo visto. Si alguien quiere algo de lo que poseen, nunca dicen que no; al contrario, invitan a compartirlo y demuestran tanto cariño
como si toda su alma fuera en ello..." Estas gentes fueron posteriormente identificadas como los indios tainos, una etnia desaparecida después.
Ante ellos, el asombro de los navegantes fue considerable, pues hablaban un idioma completamente desconocido y pertenecían a una raza que no se
parecía a ninguna de las descritas en los libros de los exploradores y antiguos cronistas, desde Herodoto hasta Marco Polo. Pero a nadie se le ocurrió pensar
que aquellas tierras no pertenecían a Asia, y menos que acababan de protagonizar el descubrimiento de América.
En la imagen, trayecto seguido por Colón en su segundo viaje.