Alejandro Magno
Las conquistas de Alejandro. Quedaba por retomar el proyecto inconcluso de su padre de liberar las ciudades griegas de Asia Menor de la opresión persa, apenas iniciado en la primavera del año 336 a.C. por el ejército mandado por Parmenión y Atalo. Para llevar a cabo sus planes, Alejandro contaba con el ejército mejor preparado de su tiempo, una combinación casi perfecta de infantería pesada, tropas ligeras y caballería. Con todo, el principal activo de la invasión era el propio Alejandro. Rodeado del aura de ser invencible e idolatrado por sus tropas, el rey de Macedonia pasaría a la historia como uno de los estrategas más brillantes de todos los tiempos. A estas fuerzas se oponían la inmensidad del Imperio persa y sus inagotables recursos de hombres y dinero, pero nada de ello preocupaba en exceso a Alejandro, conocedor de la poca cohesión de las tropas persas, reclutadas de todas las partes del imperio y poco acostumbradas a combatir juntas. En el mapa podemos seguir la pista vertiginosa de sus conquistas: Alejandro construyó todo un imperio en menos de diez años.