Fernán Pérez de Guzmán
(Fernán Pérez de Guzmán, señor de Batres; Todelo?, c. 1376 - Batres, 1460) Escritor español. Pertenecía a una ilustre estirpe que preludió el prototipo del cortesano renacentista al conjugar las armas y las letras: sobrino del canciller e historiador Pedro López de Ayala, fue a su vez tío del marqués de Santillana y bisabuelo de Garcilaso de la Vega.
Pérez de Guzmán participó como militar y político en las luchas intestinas del reinado de Enrique III el Doliente; en el de Juan II se alineó contra el condestable Álvaro de Luna, cayó en desgracia y sufrió prisión. Al recobrar la libertad se retiró a su señorío de Batres, donde dedicó el resto de sus días al estudio y a la literatura: tradujo a clásicos latinos (Cicerón, Séneca, Boecio) y creó composiciones en verso de variados géneros. Fue poeta de decires y cantigas amorosas, recogidas algunas de ellas en el Cancionero de Baena; también escribió versos de intención moral y didáctica, como la Confesión rimada. Cultivó asimismo la poesía devota en De loores divinos a los maytines y los cantos heroicos en Loores de los claros varones de España.
Lo más notable de su labor, no obstante, acabaría siendo su obra en prosa Mar de historias, escrita antes de 1450 e impresa en 1512, cuyas dos primeras partes se basan en un texto de Giovanni Colonna, mientras que la tercera, Generaciones y semblanzas, es creación suya. Generaciones y semblanzas es una colección de biografías breves de personajes de la política castellana de su época. Su estilo, vivaz y apasionado, se sustentó en la observación personal, al tiempo que sus juicios revelaron un propósito de imparcialidad contrario al panegírico y la obsecuencia habituales en sus contemporáneos.
Las dos primeras partes de Mar de historias no se apartan mucho de las vulgares compilaciones biográficas medievales y sólo en cuanto al aspecto estilístico ofrecen algún relieve personal. Se refiere la vida de personajes históricos, como Alejandro Magno, Julio César o Carlomagno, o bien imaginarios, como el rey Artús y algunos héroes del Santo Graal. También se evocan figuras de santos, sabios o literatos, presentando en un mismo plano lo legendario y lo histórico, los héroes de la espada y los de la pluma. Las influencias de la historiografía medieval (entre sus fuentes más directas el autor cita la obra homónima de Giovanni Colonna Mare historiarum) se funden con una cultura humanista nutrida de estoicismo y dan al autor una cierta originalidad de visión en la capacidad de síntesis del estilo y la predilección por las personalidades poderosas.
Estas dotes de moralista y de prosista hallan mejor aplicación en la tercera parte, que es conocida bajo el título de Generaciones y semblanzas y que el moderno descubrimiento del manuscrito original confirmó como obra enteramente propia. Fue escrita en 1450, y en las ediciones posteriores a la primera aparece separada de las otras dos partes; así ocurre en la edición de Logroño de 1517: Las generaciones y semblanças y obras de los excelentes reyes de España don Enrique el tercero y don Juan el segundo.
Partiendo de las genealogías y retratos de Enrique III y Juan II, Fernán Pérez de Guzmán nos ofrece en Generaciones y semblanzas una viva y rica galería de las principales personalidades de su tiempo: prelados, caballeros, dignatarios y poetas desfilan como en un policromo calidoscopio, caracterizados en sus rasgos físicos y morales, plasmados en sus líneas esenciales, con sus vicios y virtudes. Es un verdadero arte del retrato: el estilo rápido e incisivo se aplica maravillosamente a captar hombres y cosas con una inmediata conexión al propio objeto y una fuerza de reconstrucción nada común.
Algunos de los retratos más vivos son los de Enrique III, el canciller Ayala, el conde de Niebla, el condestable Ruy López Dávalos y el arzobispo de Toledo don Pedro Tenorio. Hombre de armas y político, gran conocedor de los vicios humanos y del valor, Pérez de Guzmán legó en esta obra una visión de su época, sellada con un sentido escrupuloso de la realidad y una extrema serenidad de juicio, que pueden ser fruto del estoicismo por él sustentado, o bien como sublimación de sus decepciones cortesanas. De todos modos, para poder encontrar un parangón a esta obra, hay que referirse al retratismo moral francés del siglo XVII, que encuentra en las Memorias del duque de Saint-Simon su manifestación más feliz.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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