Jean-Marie Pierre Lehn
(Rosheim, 1939) Químico francés. Compartió en 1987 el premio Nobel de Química con los científicos Donald J. Cram y Charles J. Pedersen por la síntesis de moléculas que imitan procesos biológicos. Lehn desarrolló, sobre las bases del descubrimiento de los éteres corona de Pedersen, compuestos bicíclicos que llamó criptandos, cuya selectividad a la hora de formar complejos era incluso mayor. También creó una molécula capaz de combinarse con el neurotransmisor acetilcolina, el transmisor químico de las señales en el sistema nervioso.
Jean-Marie Lehn
Lehn era el primer hijo de un panadero aficionado a la música que llegó a ser el organista de la ciudad. Su madre tuvo cuatro hijos y atendía la casa y la tienda con ayuda de los dos hijos mayores. Pasó su infancia en su ciudad natal, donde acudió a la escuela primaria durante la Segunda Guerra Mundial. A la edad de once años ingresó en el Colegio Freppel situado en Obernai, una pequeña ciudad a cinco kilómetros de Rosheim. Fue entonces cuando empezó a tocar el piano y el órgano, el origen de su gran afición a la música.
En la escuela secundaria (1950-1957) estudió latín, griego, alemán, inglés, literatura francesa y en el último año filosofía, asignatura en la que mostró tener una gran agudeza mental. También le interesaban las ciencias, sobre todo la química, de manera que completó sus estudios en filosofía en julio de 1957 y en septiembre del mismo año el equivalente en ciencias experimentales.
En un principio tenía la intención de estudiar filosofía en la Universidad de Estrasburgo, pero, como todavía tenía dudas, comenzó su primer año con asignaturas de física, química y ciencias naturales. Durante el primer curso quedó impresionado por la química orgánica, donde parecía posible obtener cualquier tipo de molécula siguiendo unos métodos y reglas precisos. Incluso se llevó a casa de sus padres algunos compuestos y material de vidrio para construir un pequeño laboratorio donde realizó algunos experimentos de prácticas. Al año siguiente su interés por la química orgánica aumentó gracias a las conferencias de un joven profesor, Guy Ourisson, y decidió que quería dedicarse a la investigación en química orgánica.
En octubre de 1960 ingresó en el laboratorio de Ourisson como joven miembro del Centre National de la Recherche Scientifique (Centro Nacional de la Investigación Científica) con intención de realizar su doctorado. Su trabajo trataba de las propiedades fisicoquímicas y conformacionales de los triterpenos y se encargó del espectrómetro de RMN (Resonancia Magnética Nuclear). Su primer trabajo científico, publicado en 1961, fue sobre la regla de adición del efecto de los sustituyentes en el desplazamiento químico de la señal de los protones en algunos derivados de los esteroides.
Una vez obtenido el grado de doctor (junio de 1963), realizó una estancia de un año en el laboratorio de Robert Burns Woodward, en la Universidad de Harvard, donde formó parte del equipo que realizó la síntesis total de la vitamina B12. También tomó un curso de mecánica cuántica y realizó sus primeros cálculos con Roald Hoffmann. En 1964 fue testigo de los primeros pasos en lo que más tarde se conocerían como las reglas de Woodward-Hoffmann.
Volvió a Estrasburgo en 1965 y se casó con Sylvie Lederer, con quien tuvo dos hijos. En 1966 obtuvo un puesto de profesor en la Universidad de Estrasburgo y estableció su propio laboratorio, donde trabajó en el área de química física de los compuestos orgánicos, poniendo en práctica su experiencia adquirida en química orgánica, teoría cuántica y métodos físicos. Sintetizaron moléculas especialmente diseñadas para que tuvieran ciertas propiedades y poderlas relacionar con su estructura. Sus principales áreas de investigación entre 1965 y 1970 fueron los estudios conformacionales por RMN, la inversión del nitrógeno, la relajación cuadrupolar y el movimiento molecular y la estructura de los líquidos, así como los cálculos teóricos ab initio de las barreras de inversión, de las estructuras electrónicas y de los efectos estereoelectrónicos.
Durante estos años se interesó por los procesos que ocurrían en el sistema nervioso y se preguntó cuál podría ser la contribución de un químico en ese campo. Los fenómenos eléctricos de las células nerviosas dependen de la distribución de los iones sodio y potasio a través de las membranas. Una manera de entrar en ese campo era tratar de alterar el proceso que permite el transporte de iones y el establecimiento del gradiente, idea que Lehn relacionó con las ultimas investigaciones acerca de cómo algunos antibióticos naturales hacían que las membranas fuesen permeables a los cationes.
La búsqueda de sustancias químicas que desempeñaran un papel similar condujo a Lehn al diseño de criptandos a partir de 1967. El desarrollo de esta investigación fue espectacular, llegando a involucrarse la mayor parte del laboratorio en lo que después se ha denominado química supramolecular. En 1970 fue nombrado catedrático, y entre 1972 y 1974 estuvo como profesor visitante en la Universidad de Harvard, donde impartió conferencias y dirigió un proyecto de investigación.
En 1976 comenzó otra línea de investigación en el área de la fotosíntesis (artificial) y el almacenamiento y conversión química de la energía solar. En primer lugar abordó la fotólisis del agua y posteriormente la fotorreducción del dióxido de carbono. En 1979 fue elegido para la cátedra de Chimie des Interactions Moléculaires (Química de las Interacciones Moleculares) en el Colegio de Francia en París. Tras la jubilación de Alain Horeau en 1980 se hizo cargo del laboratorio de química, aunque posteriormente dividió su tiempo entre el laboratorio de Estrasburgo y el de París.
Sus últimas líneas de investigación combinaron el reconocimiento, transporte y propiedades catalíticas de las especies supramoleculares y sus características de fase organizada, con el propósito de diseñar dispositivos moleculares que pudieran en un futuro procesar señales e información a nivel molecular. También dedicó un gran esfuerzo a estudiar la auto-organización supramolecular, el diseño y las propiedades de sistemas supramoleculares programados. Su contribución a la ciencia está recogida en cientos de publicaciones. Además de Harvard, también fue profesor visitante en el E.T.H. de Zürich y en las universidades de Cambridge, Barcelona y Frankfurt.
Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet].
Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en
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