James Ivory

(Berkeley, 1928) Director de cine estadounidense. Educado en el seno de una familia burguesa, católica y liberal, estudió Arquitectura y Bellas Artes en la Universidad de Oregón. No satisfecho con su formación y atraído por el cine, se trasladó a París con la intención de ingresar en la Escuela de Cinematografía. Pero entonces comenzó la guerra de Corea y regresó a California, donde completaría sus estudios. Para realizar la práctica de fin de carrera escoge Venecia y allí comienza a rodar Venice: Theme and Variations.


James Ivory

Cuando finaliza el rodaje, viaja a la India, donde su trayectoria encontrará el camino definitivo. Allí rueda el corto The Sword and the Flute (1959), que Ismail Merchant tiene la oportunidad de ver. Merchant le convence para fundar una productora con la que realizar películas en inglés en la India y distribuirlas luego a otros países. La sociedad Merchant-Ivory será un éxito tal que bajo su título se producirán más de quince películas. Una novela de Ruth Prawer Jhalbvala dará lugar a su primera película y sumará un miembro más a la asociación. La cinta, titulada The Householder, narra la llegada a la edad adulta de un hindú que contempla el mundo con ingenuidad.

La filmografía de James Ivory está marcada por dos constantes: la India y la adaptación literaria. Sus cuatro primeros títulos, The Householder (1963), Shakespeare Wallah (1965) -que aúna en su historia varios cuentos de Tama Janowitz sobre los jóvenes que desde distintos puntos de los EE.UU. se dirigen a Nueva York con ansias de triunfo-, The Guru (1968), que se rodó con mayor presupuesto gracias a la coproducción de la 20th Century Fox, y Bombay Talkie (1970), no son grandes obras, pero sirven para ir afianzando el trío que más tarde se consolidará definitivamente.

Los dos trabajos siguientes fueron Salvajes (1972) y Fiesta salvaje (1975). Éste último recogía el escándalo protagonizado por Fatty (Roscoe Arbuckle) cuando Hollywood cerraba su periodo mudo. En Roseland (1977), James Ivory vuelve a trabajar con la guionista Ruth Jhalbvala tras el paréntesis de las dos películas anteriores. La componen tres episodios que se desarrollan en Nueva York y es una salvedad a su vuelta a los temas hindúes que dará lugar a títulos como Hullabaloo over Georgie and Bonnie´s pictures (1978) y Autobiografía de una princesa (1975), que es una producción televisiva.

A partir de entonces comienza su relación con las adaptaciones de novelas inglesas y americanas entre las que se encuentran dos obras de Henry James, Los europeos (1979) y Las bostonianas (1984); una novela autobiográfica de Jean Rhis, Quartet (1981), y Oriente y Occidente (1983), que había escrito su guionista habitual Ruth Prawer. En 1980 dirige Jane Austen en Manhattan, en la que dos compañías teatrales trabajan en el montaje de una obra de Jane Austen. Esta película, junto con Esclavos de Nueva York (1988), protagonizada por Bernardette Peters, forman los dos únicos títulos que no son de época de los últimos quince años de su filmografía.


Una habitación con vistas (1985)

El reconocimiento conjunto de público y crítica, y por tanto su primer éxito, llega en 1985 con Una habitación con vistas, primera de sus tres adaptaciones de E. M. Forster, junto con Maurice (1987) y Regreso a Howards End (1992). Inmediatamente después de haber estrenado Una habitación con vistas en Estados Unidos, Ivory tuvo la oportunidad de entrar en contacto con la United Artists para rodar con ellos una película. Mientras Ruth Prawer escribía el guión de Esclavos en Nueva York, James Ivory se puso en contacto con el guionista Kit Hesketh Harvey y comenzó a preparar Maurice. El riesgo era evidente después de la acogida de Una habitación con vistas, pero Ivory, apegado sin remedio a las adaptaciones literarias, acababa de encontrar en el escritor inglés el tipo de historias con las que se identificaba.

Desde el principio intentó que Maurice fuese el contrapunto a su anterior película, no sólo por los personajes, sino también por el ambiente -que en esta historia que ahora rodaba se volvía más lúgubre y gris- en consonancia con la clandestinidad que los personajes necesitaban para su aventura amorosa. Forster había escrito Maurice entre 1913 y 1914, y había volcado su enfrentamiento a la sociedad inglesa mediante la homosexualidad y la mezcla de clases, datos de tinte autobiográfico.

La novela no se publicó hasta 1971, después de la muerte de su autor, y James Ivory quiso mantener una fidelidad al texto que se traduciría en la pantalla incluso en la utilización de la Patética de Tchaikovsky, a la que se hacía referencia en la novela. Maurice descubrió al actor Hugh Grant, con el que Ivory contactó mediante un agente publicitario. A pesar de que esta película era más sombría que la anterior, el director no quiso que estuviera exenta de humor, tarea que recayó sobre Grant, que por aquella época trabajaba como animador en clubes nocturnos.

En 1990, Paul Newman y su mujer, Joanne Woodward, protagonizan Esperando a Mr. Bridge, filme cuyo guión fue escrito a partir de dos novelas paralelas en las que el autor Evan S. Connell narra la misma historia desde dos puntos de vista distintos. Lo que queda del día, al igual que Regreso a Howards End, está marcada por la presencia de una mansión. Basada en la novela de Kazuo Ishiguro, narra la vida de un mayordomo que tiene ocasión de trabajar al servicio de dos señores diferentes -uno inglés y otro americano, con las diferencias que esto conlleva- y asistir al periodo entre las dos guerras mundiales de forma tan intensa que perderá la ocasión de disfrutar una vida propia.

En 1994 dirige Jefferson en París, una película absolutamente anecdótica en la que no trasciende ni siquiera el marco en que se desarrolla, que es el preludio a la Revolución Francesa. El actor Nick Nolte da vida a Thomas Jefferson antes de convertirse en presidente de los Estados Unidos. Greta Scacchi está a punto de ser su amante, pero se ve desbancada por una mulata adolescente a la que Jefferson seguiría unido una vez alcanzase la presidencia, y Gwynneth Palthrow es la hija de Jefferson, a la que todo tipo de acontecimientos y sentimientos le confunden. Jefferson en París pasó por las carteleras sin pena ni gloria.

Todo lo contrario a su siguiente película, Sobrevivir a Picasso, que estuvo rodeada de polémica ya desde antes de comenzar el rodaje. Los herederos de Picasso nunca aprobaron el guión, que trataba al artista como un ególatra cruel y déspota. Anthony Hopkins interpreta a Picasso y, al margen de la psicología del personaje, consiguió un extraordinario parecido físico, incluidos en los movimientos. En la película aparecen varios cuadros, pero ninguno de Picasso, porque la familia no lo permitió.

El cine de James Ivory, aunque en su personal línea, fue ganando cada vez a un público más amplio. Los premios, la delicadeza y el rigor con que trató el cine de época, su especialización y los excelentes actores con los que trabajaba atrajeron a una audiencia primero selecta y luego cada vez más amplia. Todo ello, sumado al reconocimiento de la crítica, lo ha convertido en uno de los directores más apreciados del cine actual.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].