Alec Guinness
(Marylebone, 1914 - Midhurst, 2000) Actor de cine británico. Alec Guinness compaginó inicialmente su dedicación profesional a la publicidad con cursos de arte dramático con la actriz Marta Hunt, quien lo desanimó poniendo en duda sus aptitudes. Lejos de desmoralizarse, a los veinte años consiguió debutar en el teatro con la compañía de John Gielgud, en la que adquirió suficiente experiencia para dar el salto al Old Vic Theatre, una de las compañías más prestigiosas del Reino Unido y de Europa y una escuela de referencia para cualquier aspirante a actor. El repertorio del Old Vic Theatre obligaba a dar lo mejor de cada uno y proporcionaba, casi sin darse cuenta, una cultura literaria de primera fila; en el Old Vic, Guinness terminó de pulirse como intérprete.
Alec Guinness
A mediados de los años cuarenta comenzó a trabajar en el cine, sin dejar por ello su actividad teatral. Aunque había tenido una intervención esporádica en 1934, su primera película fue Cadenas rotas (1946), dirigida por David Lean. Comenzaba de este modo una colaboración entre actor y director que habría de rendir, andando el tiempo, excelentes resultados a ambos. Su labor en esta adaptación de la novela de Charles Dickens Grandes esperanzas llamó la atención de la crítica hacia aquel actor que hacía sus primeras armas en el cine. Refrendó las expectativas levantadas con otro personaje literario, el Fagin de Oliver Twist (1948) de Dickens, con David Lean de nuevo en la dirección.
Alec Guinness demostró desde el principio una gran versatilidad como actor. Supo adaptarse con facilidad a todo tipo de interpretaciones, desde las dramáticas a las jocosas. Muchos consideraron su verdadero territorio la comedia; pero aunque Guinness demostró de sobra su dominio del género, sería empequeñecer su figura decir que ésas fueron sus mejores actuaciones. A lo largo de su brillante carrera el actor británico mostró en más de una ocasión su talento multifacético, capaz de encarnar con toda naturalidad desde un mayordomo irónico hasta un personaje de ciencia-ficción.
Guinness en
El puente sobre el río Kwai (1957)
Tras protagonizar Ocho sentencias de muerte (1949), una fina comedia de humor negro dirigida por Robert Hamer, obtuvo un notable éxito con su participación en Oro en barras (1951), de Charles Crichton, en una actuación que le valió la nominación al Oscar. El reconocimiento internacional le llegó con otro gran filme de David Lean, El puente sobre el río Kwai (1957), en el que interpretó al coronel inglés que cae prisionero con su unidad en un campo japonés durante la Segunda Guerra Mundial. Pocas veces se vio en la pantalla una mejor encarnación de los matices castrenses: desde la capacidad de sufrimiento a la ejemplaridad que con su comportamiento dicta a sus hombres, pasando por la relación con el coronel japonés, que gira del enfrentamiento hacia la casi comprensión. A pesar del tiempo transcurrido y de la larga duración de la cinta, la actuación de Alec Guinness, que le valió el Oscar al mejor actor, sigue siendo uno de los valores del filme.
Un año después volvió a aspirar al premio de la Academia de Hollywood, esta vez como guionista de una comedia (en la que también actuaba) titulada Un genio anda suelto (1958), que dirigió Ronald Neame. Su prestigio se consolidó durante los años sesenta, sobre todo entre los profesionales del cine; no fue un actor popular en el sentido habitual de la palabra, principalmente porque rehuyó las frivolidades, mantuvo la discreción en su conducta y entendió el cine como una respetable profesión.
En 1962 David Lean le ofreció otro lucido papel en Lawrence de Arabia. Aunque la película recibió numerosos premios, ninguno fue para Guinness, si bien dejó para el recuerdo la magistral interpretación del rey Faisal I, con el que colabora el coronel Thomas Edward Lawrence (Peter O'Toole) en su guerra contra los turcos; quedó claro que encarnar a un rey árabe no era cuestión de un buen maquillaje y un vestuario adecuado. Dos años más tarde dio vida al emperador Marco Aurelio en La caída del imperio romano (1964), de Anthony Mann.
Conforme cumplía años fue espaciando sus actuaciones y armonizando los papeles con su edad; ya sexagenario, asumió la interpretación de Obi-Wan Kenobi en la saga de George Lucas La guerra de las galaxias (1977), por la que fue una vez más nominado para la estatuilla de la Academia. Otra de sus intervenciones memorables fue la de Pasaje a la India (1983), filme en que David Lean trazó una excelente reconstrucción visual de la antigua colonia británica. La fallida Kafka, la verdad oculta (1991), de Steven Soderbergh, fue una de las últimas películas en que participó.
Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet].
Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en
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