Gustav Theodor Fritsch

(Cottbus, 1838 - Berlín, 1927) Antropólogo y fisiólogo alemán. Considerado como una de las figuras más importantes de la antropología alemana, desarrolló una excelente labor investigadora centrada en diferentes estudios etnográficos en Sudáfrica. En cuanto a su aportación a la ciencia fisiológica, la más destacado fue el estudio, realizado junto a Hitzig, de los efectos de la estimulación eléctrica sobre la corteza cerebral. Ambos investigadores aportaron tres nuevos principios imprescindibles en la fisiología: la excitabilidad de los hemisferios cerebrales; la localización de las funciones; y la relación de los hemisferios en el principio inmediato de los movimientos musculares. Tales principios enterraron suposiciones que habían sido asumidas hasta entonces: la excitabilidad cortical, la importancia de la corteza en el mecanismo de los movimientos y la localización cerebral.


Gustav T. Fritsch

Los inicios de Gustav Fritsch en el campo de la antropología y la fisiología se produjeron en sus años universitarios, etapa en la que recorrió varias universidades alemanas (las de Berlín, Breslau y Heidelberg) para ampliar su conocimiento de ambas disciplinas. Finalizados sus estudios, realizó una serie de viajes por la zona sur de África, que le mantuvieron ocupado entre 1863 y 1866, con el fin de elaborar diversos análisis antropológicos y zoológicos. Antes de regresar a Alemania, Fritsch había conseguido confeccionar un excelente archivo con descripciones detalladas de las costumbres de diferentes etnias africanas, como las de los cafres, bechuanos, hotentotes y bosquimanos.

La vuelta a su país natal supuso la continuación de sus investigaciones, aunque esta vez en el ámbito del laboratorio, ya que gracias al reconocimiento de su labor en los estudios de campo se le ofreció un puesto de auxiliar en el Instituto Anatómico de Berlín. Esta circunstancia no fue óbice para que continuara participando en numerosas expediciones, como la que, en 1867, le llevó hasta Adén para observar un eclipse total de sol. Cuando finalizó este viaje, Gustav Fritsch aprovechó la ocasión para unirse al destacamento arqueológico que, bajo la dirección de Dümichen, cruzó el Egipto Superior.

Terminadas ambas expediciones, volvió a Alemania para dedicarse de una manera más intensiva a la investigación anatómico-comparada y fisiológica. En esta nueva etapa encontró pronto la colaboración de otro científico alemán, Eduard Hitzig, junto al cual descubrió la excitabilidad eléctrica de los hemisferios cerebrales, investigaciones que se efectuaron con cerebros de perros. Tras observar un gran número de casos, llegaron a la conclusión de que una parte de los hemisferios cerebrales tenía una función motora. Los experimentos fueron realizados, casi en su totalidad, en una vivienda particular berlinesa, en una vieja camilla de vendaje, ya que en aquellos momentos los laboratorios de la universidad no disponían de espacio suficiente para albergar tales investigaciones.

Las pruebas con los cerebros caninos les mostraron que dicha parte motora estaba localizada en la zona frontal de cada hemisferio, mientras que las áreas no motoras se situaban en la parte posterior de los mismos. El hecho que les llevó a tales afirmaciones fue el descubrimiento de que, gracias a la estimulación eléctrica de la zona motora de cada hemisferio, podían obtener contracciones musculares combinadas en la parte opuesta del cuerpo del perro.

Así fue como en 1870 ambos investigadores publicaron su estudio titulado Sobre la excitabilidad eléctrica del cerebro, en el que daban cuenta de sus experimentos. La aparición de este texto supuso una revolución en el campo de la fisiología y la psiquiatría, ya que rompió con el tradicional asociacionismo motor-sensorial postulado por figuras como John Locke, Alexander Bain o Herbert Spencer. Con el paso del tiempo, el libro se convertiría en un clásico de la materia, puesto que, a partir de su publicación, la mayor parte de los experimentos fisiológicos tomaron como referencia el estudio de Fritsch e Hitzig.

A pesar del renombre conjunto que habían alcanzado en el mundo científico, ambos investigadores decidieron separar sus caminos. Así, mientras Eduard Hitzig se convirtió en un reputado psiquiatra, Gustav Fritsch dedicó el resto de su vida a la antropología, por lo que continuó viajando por países desconocidos. Ésta fue la causa fundamental de que su aportación más relevante al mundo científico fuese la que realizó junto a Hitzig. El interés por la etnología le llevó a enrolarse en la expedición que viajó hasta Ispahan para observar el curso de Venus y, posteriormente, a unirse a diferentes grupos de estudio en Asia Menor.

Estos viajes implicaban abandonar la cátedra de Fisiología, que había aceptado en 1874, en la Universidad de Berlín. Hasta el final de sus días continuó con su impresionante labor de campo y así, entre 1881 y 1882, viajó a Egipto y los países orientales del Mediterráneo, bajo el auspicio económico de la Academia de las Ciencias de Berlín, para estudiar los peces eléctricos. Aparte de la obra publicada en 1870 junto a Hitzig, en el campo de la antropología Gustav Fritsch editó dos obras destacadas, centradas en las peculiaridades etnográficas que encontró en Sudáfrica: Die Eingeborenen Südafrikas ethnografisch und anatomisch beschrieben y Drei Jahre in Südafrika.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].