Federico II de Sicilia
(Federico o Fadrique II de Sicilia o de Trinacria; ?, 1272 - Palermo, 1337) Rey de Sicilia (1296-1337), hijo de Pedro III de Aragón y de Constanza de Sicilia. Su hermano Jaime II de Aragón lo nombró su lugarteniente en el reino de Sicilia, donde Federico se hizo coronar con el apoyo de la nobleza siciliana. Resistió en Siracusa el ataque conjunto de Jaime II de Aragón y de Carlos II de Anjou, rey de Nápoles (1298). Aunque vencido en el cabo Orlando (1299) por la flota de Jaime II, consiguió conservar la isla. La Paz de Caltabellota (1302) le reconoció dignidad real, con el título de rey de Trinacria, y designó sucesor a Carlos II de Anjou. Tras veinte años más de luchas, Federico II hizo reconocer a su hijo primogénito, Pedro, como a su heredero; ello significaba el triunfo y la afirmación de la dinastía de los condes de Barcelona en el trono siciliano.
Tercer hijo de Pedro III el Grande de Aragón (1276-1285) y I de Sicilia (1282-1285) y de Constanza de Sicilia, Federico era hermano de los reyes de Aragón Alfonso III el Liberal (1285-1291) y Jaime II el Justo (1291-1327). En la primavera de 1283 Federico pasó a Sicilia, en compañía de su madre y de su hermano Jaime. Al morir sin descendencia Alfonso III, legó sus estados a su hermano Jaime, con la condición de que éste renunciara al trono de Sicilia en favor del tercero de los hermanos, Federico; Jaime trató de conservar el trono a pesar de esta disposición y nombró a Federico lugarteniente general del reino de Sicilia (1291).
Por el Tratado de Anagni (1295), Jaime II de Aragón se comprometía a devolver Sicilia al papa Bonifacio VIII, quien a su vez traspasaría el trono de la isla a Carlos II de Anjou (llamado Carlos II el Cojo), y Bonifacio VIII levantaría la excomunión que pesaba sobre los monarcas aragoneses; sin embargo, en diciembre de 1295 el Parlamento de Sicilia nombró señor de la isla a Federico, y el 25 de mayo de 1296 Federico fue coronado rey de Sicilia, a pesar de la oposición de Jaime II y de Bonifacio VIII.
Como consecuencia de todo ello, Federico II comenzó los enfrentamientos contra Carlos II de Anjou el Cojo y, al frente de las tropas almogávares catalano-aragonesas, luchó en Apulia y Calabria, apoderándose de Cantarazo y Esquilaci (Italia). Bonifacio VIII solicitó la ayuda de Jaime II para que, en función de lo estipulado en el Tratado de Anagni, prestase auxilio al soberano angevino y a la Santa Sede con el fin de expulsar a Federico II del trono siciliano y así devolver el reino de Sicilia a los Anjou.
Para conseguir estos propósitos, Jaime II de Aragón planeó una expedición contra Sicilia que concluyó con la derrota de Federico II en la Batalla del Cabo Orlando (Italia, 1299), aunque la expulsión del soberano no llegó a ser consumada. Los angevinos intentaron una nueva incursión; Roger de Lauria y el duque de Calabria, al mando de las tropas aragonesas, consiguieron tomar Catania; el 1 de diciembre de 1299 Federico II fue hecho prisionero, y la escuadra siciliana comandada por el almirante Doria fue vencida por Roger de Lauria; sin embargo, gracias a la ayuda de Roger de Flor (1301), el duque de Calabria no pudo conquistar Messina.
Al año siguiente se firmó la Paz de Caltabellota (31-VIII-1302), en la que se reconocía el dominio vitalicio de Federico II sobre Sicilia con el título de rey de Trinacria, con la condición de que a la muerte del monarca la isla revirtiera a la casa angevina. Se establecía asimismo el pago de un tributo anual de 15.000 florines de oro al papado y el matrimonio entre Federico II y la hija de Carlos II de Anjou, Leonor.
Del matrimonio de Federico II con Leonor nacieron el rey de Sicilia Pedro II (1337-1342); Manfredo, duque de Atenas; Guillermo, que sucedió a éste en el ducado; Juan, marqués de Randace y regente durante la minoría de edad de Luis I de Sicilia (1342-1355); Constanza, esposa del rey de Chipre Enrique II, y en segundas nupcias del rey de Armenia, Hugo de Lusignan; Isabel, esposa del duque Esteban de Baviera; Catalina, abadesa de Santa Clara de Messina, y Margarita.
La firma de la paz supuso un nuevo problema para el monarca: la licencia de las compañías de almogávares, compuestas por 18.000 hombres; este asunto fue solucionado por Roger de Flor, quien, al mando de una de las compañías, emprendió una expedición a Oriente, y conquistó los ducados de Atenas y Neopatria (Grecia, 1319), en los que gobernó el segundo hijo de Federico, Manfredo.
En 1321 Federico II asoció al trono a su hijo Pedro, que en 1337 le sucedería como Pedro II, afirmándose así la dinastía aragonesa en el reino de Sicilia. Roberto I el Sabio de Nápoles (1309-1343) preparó la invasión de la isla, pero sus tropas fueron rechazadas en Palermo (1325) gracias al auxilio de sicilianos y catalanes. Federico II mantuvo relaciones comerciales con Chipre y organizó el Parlamento de Sicilia. Tuvo tres hijos naturales: Alfonso Federico (gobernador de los ducados de Atenas y Neopatria), Rolando e Isabel (que contrajo matrimonio con el conde de Ampurias, Hugo).
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Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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