Clístenes
(Siglo VI a.C.). Político ateniense. Las reformas políticas emprendidas por Clístenes fueron las precursoras del régimen democrático que floreció en Atenas en el siglo V a.C., durante el gobierno de Pericles.
Clístenes
Perteneciente a la familia de los Alcmeónidas, conocida por su tradicional oposición a la tiranía, Clístenes se propuso eliminar la supremacía de la aristocracia e incrementar la participación de la población urbana en la vida política. Tras la lucha por el poder que siguió a la caída del tirano Hipias en el 510 a.C., la asamblea popular de Atenas concedió la dirección del estado a Clístenes.
La aportación más importante de Clístenes fue la creación de estructuras políticas que relegaron a las viejas organizaciones familiares o religiosas a un papel secundario en la mecánica del Estado. Frente a la anterior organización en cuatro tribus que eran en realidad clanes aristocráticos, la nueva división en diez tribus instaurada por Clístenes tenía un carácter puramente territorial y local y garantizaba la unidad de la ciudad. El nuevo sistema político se fundamentó en el demos o municipio (entendido como la célula local básica en el nuevo marco constitucional), cuyo número se desconoce (quizás hubo más de cien). En ellos quedaron repartidos los ya ciudadanos y se canalizó la inscripción de los nuevos. Cada ateniense, junto al nombre personal, usó el correspondiente nombre de su demos.
Los demos se repartieron entre las nuevas diez tribus que, reemplazando a las cuatro tradicionales, sirvieron de soporte a las instituciones políticas. Para que los ciudadanos quedaran equilibradamente repartidos entre ellas en categoría social y número, se dividió el Ática en tres zonas: la ciudad, que incluía la llanura ateniense y el litoral del Pireo; la costa restante, comarca que penetraba de modo considerable tierra adentro; y el interior. Cada zona se subdividió en diez tritias o distritos, y cada tribu englobó una tritia de la ciudad, otra de la costa y una tercera del interior, rompiendo así las solidaridades locales que habían sustentado el poder de los clanes aristocráticos.
Clístenes realizó también importantes reformas en las estructuras de las principales instituciones: el Consejo de los Cuatrocientos de Solón (cuya legislación respetó y defendió) fue reemplazado por el Consejo de los Quinientos (cincuenta miembros por tribu), con lo que la representación política de la población aumentó considerablemente, pues cada tribu ejercía la presidencia del Consejo una vez al año. El Consejo preparaba las sesiones de la asamblea elaborando proyectos de ley, controlaba la gestión de los magistrados y juzgaba algunos delitos; para agilizar las tareas administrativas, se establecieron comisiones de cincuenta miembros.
Para evitar una nueva tiranía, así como los personalismos o la acumulación de poder, Clístenes instituyó el ostracismo, pena de destierro temporal decidida por votación popular que podía aplicarse a un político, sin que por ello perdiese su ciudadanía ni sus propiedades. La isonomía o principio de la igualdad de derechos entre todos los ciudadanos inspiró todas las reformas, y no cabe duda de que la obra de Clístenes condujo a una participación mucho más amplia y activa en la vida pública y a fomentar un sentido de responsabilidad colectiva a la hora de adoptar decisiones; quienes tenían cargos públicos quedaban sometidos al juicio de los ciudadanos, que gozaban ahora de la oportunidad de ejercer las funciones de gobierno, aunque sólo fuera a escala local. Cuando Clístenes murió hacia el 508 a.C., sus reformas habían creado una nueva articulación política y social, desconocida hasta entonces en Grecia, que sentó las bases de la democracia.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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