Jaime Chávarri

(Madrid, 1943) Director de cine español. Aunque cursó y concluyó la carrera de derecho en Madrid y Zaragoza, su inclinación hacia el cine se puso de manifiesto ya en los 60 con la filmación de una serie de cortometrajes en ocho milímetros y, posteriormente, el rodaje de dos largometrajes en Super 8: Run, Blancanieves, run (1967) y Ginebra en los infiernos (1969); había ejercido también la crítica cinematográfica en Film Ideal y estudiado en la Escuela Oficial de Cinematografía (EOC).


Jaime Chávarri

La etapa inicial de su actividad dentro de la industria abarcó diversas tareas: ayudante de dirección de Francisco Regueiro en Me enveneno de azules (1969), coguionista de Un, dos, tres… al escondite inglés (1969, Iván Zulueta), diseñador de decorados de películas de Víctor Erice (El espíritu de la colmena, 1973), Carlos Saura (Ana y los lobos, 1973) y Jaime de Armiñán (Un casto varón español, 1973), realizador de programas televisivos o director de cortometrajes como Permanencia del arabesco (1971), Estado de sitio (1971), que resultó vencedor en el Festival de Cortos y Documentales de Bilbao, y Señales en la ventana (1974).

Jaime Chávarri se introdujo en la dirección profesional de largometrajes con uno de los episodios (el titulado La danza) que conformaron la película de terror Pastel de sangre (1971, codirigida con Francesc Bellmunt, José María Vallés y Emilio Martínez Lázaro). Su primer trabajo en solitario fue Los viajes escolares (1974), una incursión autobiográfica donde insistía en el estilo simbolista de sus cortos. El tema central de esta película, la familia (preocupación recurrente de su cine), volvió a ser el eje de El desencanto (1975), un insólito docudrama protagonizado por los miembros de la familia del poeta Leopoldo María Panero que supuso para el joven cineasta un notable reconocimiento crítico.

Con el productor de El desencanto, Elías Querejeta, prolongó su colaboración en A un dios desconocido (1977), donde se abordaba el tema de la homosexualidad, y en Dedicatoria (1980). Tres años después llevó a la gran pantalla la novela de Llorenç Villalonga Bearn o la sala de las muñecas (1983), y el año siguiente, con la adaptación de la obra teatral de Fernando Fernán Gómez Las bicicletas son para el verano (1984), logró su mayor triunfo comercial.

En El río de oro (1985), una evocación de la infancia y el paso a la vida adulta, regresó a un cine más personal e intimista, y con Las cosas del querer (1989) y Las cosas del querer, 2ª parte (1995), homenaje encubierto a la gran figura de la canción española Miguel de Molina, consiguió otro estimable éxito. En la última etapa de su carrera colaboró en el guión de La noche más larga (1991, José Luis García Sánchez) y estrenó, entre otros títulos, Tierno verano de lujurias y azoteas (1993), la comedia de enredo Gran Slalom (1996), Sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando (1997), Besos para todos (2000), El año del diluvio (2004), basada en la novela homónima de Eduardo Mendoza, y Camarón (2005), filme biográfico sobre el cantaor flamenco Camarón de la Isla.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].