Juan Alfonso de Baena
Cortesano, poeta y literato español nacido posiblemente en Baena (Córdoba) en 1365 y fallecido probablemente en Córdoba hacia 1435. De posible origen judío converso, Juan Alfonso de Baena habría entrado a servir como escribano en la corte en tiempos de Enrique III de Castilla, supuestamente bajo el patrocinio de Diego Fernández de Córdoba; es seguro, en cambio, que fue escribano de Juan II, hijo y sucesor de Enrique III, hasta el momento de su fallecimiento.
Hacia 1408, Juan Alfonso de Baena se encontraba en Sevilla, ciudad en la que realizó diversos servicios a Juan II, especialmente en la recaudación de alcabalas del pan y del aceite del mismo año. Para esas fechas, es bastante probable que Juan Alfonso de Baena hubiese contraído matrimonio con Elvira Fernández de Cárdenas. Del su matrimonio nacieron dos hijos. El mayor, también llamado Juan Alfonso, debió de heredar la posición paterna en Córdoba, donde continuó viviendo hasta 1478.
La gran mayoría de sus poemas demuestran su habilidad para buscar la pelea lírica con otros poetas, enfrentándose en preguntas y respuestas a diversos cortesanos con los que Juan Alfonso de Baena debió de coincidir en la corte de Juan II. También aderezó sus poemas con la tan querida tradición poética cancioneril de las peticiones de dinero, enseres o favores a diversos nobles de la época, entre ellos el poderoso condestable Álvaro de Luna, o incluso el propio rey Juan II.
No obstante, esta cierta actitud disipada, procaz y a veces obscena de sus versos (por otro lado, muy frecuente en la poesía de la época), se quiebra cuando Juan Alfonso de Baena se halla ante un importante acontecimiento. Entonces, el poeta se transforma en excelente versificador, capaz de transmitir la emoción y la pesadumbre del momento, como en el caso del poema dedicado a la muerte del rey Enrique III (1406) o, especialmente, a la hora de prestar su pluma para las denuncias de los males que acontecían en el reinado de Juan II.
Sin embargo, su mayor aportación literaria, a la que debe su fama y posteridad, es la de ser el recopilador de algo más de medio millar de poesías que reunió en el llamado Cancionero de Baena (ca. 1430), la primera en orden cronológico de las antologías poéticas en lengua castellana.
Antes de 1435, fecha de su fallecimiento, había reunido de forma manuscrita aquellas composiciones que le parecieron más destacadas de toda la producción poética de la época y, como buen escribano, las copió en un códice que ofreció a su señor, Juan II, tal vez el monarca castellano con mayor afición por la literatura.
En el papel de recopilador, la labor de Juan Alfonso de Baena es valiosísima y fundamental para entender diversas cuestiones referidas a la poesía medieval. Su compilación constituye un excelente calibre para valorar la evolución lírica de la poesía castellana, sobre todo el paulatino abandono de las formas métricas y de los temas procedentes de la lírica gallego-portuguesa, en beneficio de estrofas y temas de raigambre provenzal, más en la línea del amor cortés y de la Gaya Ciencia tal como había sido planteada en los Juegos del Gay Saber tolosanos.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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