Rafael Azcona
(Rafael Azcona Fernández; Logroño, 1926 - Madrid, 2008) Escritor y guionista cinematográfico considerado uno de los más relevantes de la historia del cine español. Es autor de una obra satírica teñida de humor negro, en la que destacan novelas como El pisito (1957) y Los europeos (1960); no obstante, su faceta más conocida fue la de guionista cinematográfico, labor desde la que contribuyó sensiblemente a la renovación del cine español de la posguerra. Como prolífico guionista colaboró con destacados realizadores, desde el italiano Marco Ferreri hasta los mejores cineastas españoles del momento.
Rafael Azcona
Establecido desde 1951 en Madrid, Rafael Azcona comenzó un año después a publicar sus primeros trabajos en la revista satírica La Codorniz, convirtiéndose en colaborador habitual y desempeñando labores de redacción; para el diario Pueblo creó el personaje “El repelente niño Vicente”, que se haría muy popular en las décadas de 1950 y 1960. De esos años en que escribía “cosas divertidas sobre cosas tristes”, como él mismo decía, datan sus primeras novelas: Vida del repelente niño Vicente (1955), Los muertos no se tocan, nene (1956), El pisito (1956), Los ilusos (1958), Pobre, paralítico y muerto (1960) o Los europeos (1960), entre otros títulos.
A finales de los cincuenta dos encuentros marcarían su futura trayectoria: el cineasta español Luis García Berlanga, con quien escribió el mediometraje Se vende un tranvía (1957), y el director italiano Marco Ferreri, para quien preparó el guión de El pisito (1958), basado en su propia novela. Azcona se convirtió en colaborador imprescindible de estos dos directores, como más tarde lo sería de Carlos Saura desde Peppermint Frappé (1967) hasta La prima Angélica (1973) y después en ¡Ay, Carmela! (1990). Entre 1958 y 1963 escribió, además de El pisito, otros tres guiones fundamentales en el desarrollo del cine español: El cochecito (1959, Marco Ferreri), Plácido (1961, García Berlanga) y El verdugo (1963, también de García Berlanga).
El escepticismo, la burla de la estupidez humana y la sátira social, así como la tendencia al esperpento y al protagonista colectivo como técnicas narrativas, caracterizaron esta primera etapa de su producción, que ampliaría con los años sus horizontes al ocuparse también de adaptaciones literarias, como El bosque animado (1987), de José Luis Cuerda, basada en el libro homónimo de Wenceslao Fernández Flórez, o Tirano Banderas (1993), de José Luis García Sánchez, según la novela de Ramón de Valle-Inclán. Aparecieron también nuevos temas (la soledad, la pareja) y ambientaciones históricas, como Belle époque (1992), de Fernando Trueba. Con La lengua de las mariposas (1999) y Los girasoles ciegos (2008), de José Luis Cuerda, Rafael Azcona ganó su quinto y sexto premio Goya al mejor guión; previamente había recibido, como reconocimiento al conjunto de su obra, el Premio Nacional de Cinematografía en 1981 y, en 1997, el Goya de Honor.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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