Pablo Picasso

 
En su estudio. En los últimos años de su vida Picasso asistió, probablemente divertido, a su propio endiosamiento. Aclamado como el gran animador de las vanguardias, Picasso vivía al final en la opulencia. Todo lo que tocaban sus lápices, como en el caso del rey Midas, se convertía en oro. En 1955, el magnífico director de cine francés Henri-Georges Clouzot realizó una película titulada Mystère Picasso que vino a acrecentar más si cabe la fama del creador del cubismo. Además, en 1957 se le dedicaba una gran retrospectiva en Nueva York, en 1960 se abría el Museo Picasso en Barcelona y en 1966 tenía lugar una importante exposición de homenaje en París. Mientras tanto, Picasso estaba en disposición en 1958 de adquirir un lujoso castillo en Vauvernagues para sumarlo a su residencia señorial en Cannes, y desde 1961 pudo residir tranquilamente en su casa de campo de Nôtre-Dame-de-Vie, en Mougins. Allí acabó sus días el 1 de abril de 1973, a los 91 años, pero hasta el último momento mantuvo una actividad creadora febril, y precisamente en esa época postrera es cuando su obra muestra una mayor alegría de vivir, un erotismo más radiante y un universo personal más inocente y feliz. En la imagen, Picasso en Villa La Californie, en una instantánea tomada en 1957.