Pablo Neruda
Una obra inmensa. En la vastísima obra poética de Pablo Neruda sobresalen cumbres que la crítica por lo general ha situado en los juveniles Veinte poemas y en las tres entregas sucesivas de Residencia en la tierra (1931-1943), en el ecuador indiscutible del Canto general (1950), y en algunas obras de madurez como las crecientes Odas elementales (1954-1957), el Estravagario (1958) o La barcarola (1967). Pero la característica singular y sin paralelos en la lengua castellana de la producción del poeta chileno no son éstos u otros ejemplos magistrales que pudieran citarse, sino la densidad y la naturaleza aluvional de sus obras completas, un "verdadero océano", como las definió el jurado que le otorgó el premio Nobel de Literatura, en el que es posible pescar de todo y para todos los gustos, a la manera de lo que ocurre en contados autores de la literatura universal, como William Shakespeare o Dante. En la imagen, Neruda en una fotografía tomada en 1966.