Aristóteles
Ética a Nicómaco. Tras la caída del Imperio romano, las obras de Aristóteles tuvieron una limitadísima
difusión en Occidente. Durante el siglo IX, los estudiosos musulmanes introdujeron su obra, traducida al árabe, en el ámbito
del Islam. De los pensadores que examinaron y comentaron los escritos aristotélicos, el más famoso fue Averroes, filósofo
hispanoárabe
del siglo XII. En el siglo XIII el Occidente latino renovó su interés por la obra de Aristóteles; Santo Tomás de
Aquino halló en ella una base filosófica para orientar el pensamiento cristiano, aunque su interpretación de Aristóteles
fuera cuestionada en un principio por las instancias eclesiásticas. En las primeras fases de este redescubrimiento, la filosofía
de Aristóteles fue recibida con cierto recelo, en gran parte debido a la creencia de que sus enseñanzas conducían a una
visión materialista del mundo. Sin embargo, la obra de Santo Tomás acabaría siendo aceptada, y la filosofía escolástica
desarrolló en los siglos siguientes la adaptación que Santo Tomás había hecho del pensamiento aristotélico.
En la imagen, una copia del siglo XV de la Ética a Nicómaco.