Auguste Villiers de l'Isle-Adam
(Jean-Marie Mathias Philippe Auguste, Conde de Villiers de l'Isle-Adam; Saint-Brieuc, 1838-París, 1889) Escritor francés. Autor de cuentos considerados como obras maestras del género, que presentan una novedosa síntesis de cuento filosófico, relato de terror, ciencia ficción y esoterismo, sus primeras obras (Dos ensayos de poesía, 1858; Primeras poesías, 1859) no permiten deducir lo que fue su producción posterior, una vez que hubo conocido a Charles Baudelaire (1859) y a Stéphane Mallarmé (1864), y descubierto la filosofía de Hegel. En 1866 colaboró en el Parnasse Contemporain. En 1867 fundó la Revue des Lettres et des Arts y escribió El Intersigno, su primer «cuento cruel». En 1870 tomó partido por la comuna; en 1883, la publicación de sus Cuentos crueles le valió cierta notoriedad, pero sus condiciones de vida siguieron siendo precarias hasta su muerte. Entre sus restantes obras destacan las novelas Isis (1862) y La Eva futura (1886), la novela corta Claire Lenoir (1867) y el drama Axël (1890).
Auguste Villiers de l'Isle-Adam
Auguste Villiers era hijo de una familia muy antigua y orgullosa de su nobleza, pese a hallarse ya entonces decaída. Con la conformidad de los suyos, llegó a la capital a los veinte años para consumir los últimos recursos familiares en pos de la gloria. En sus primeras poesías se da una mescolanza de Alfred de Musset y Charles Baudelaire. Pronto, sin embargo, su fe tradicional y el espíritu del primer romanticismo lo iniciaron en el simbolismo cristiano y el ocultismo, y recibió la influencia de Edgar Allan Poe y del catolicismo diabólico de Jules Barbey d'Aurevilly. La relación y la amistad con Richard Wagner actuaron como fermento.
Su carácter fastuoso, arrogante y singular, y la curiosidad de su novela filosófica Isis (1862, reducida al primer tomo) y de los dos dramas simbolistas, por lo demás muy débiles, Elën (1865) y Morgane (1866), le valieron, en los círculos literarios de vanguardia anteriores a 1870, una fama a la cual contribuyeron también sus relaciones amorosas (a pesar de sus tendencias a la inversión) con Nina de Callias, la hermosa mundana intelectual. Tras la representación, con escaso éxito, del drama La révolte en 1870, empezó a escribir otro drama en cuatro actos titulado Axël, mucho mejor, y del que publicaría la primera versión en 1872, manteniéndose cada vez más abiertamente en la reacción mística, idealista e individualista frente al positivismo entonces triunfante.
Después de 1870 cayó en la miseria, y conoció años muy duros, que, sin embargo, no le desalentaron. Sus primeros relatos no obtuvieron éxito alguno: compuso otros, y, finalmente, conoció la fama gracias a los Cuentos crueles (1883). Esta recopilación de narraciones breves es la producción más conocida y más característica del autor; original hasta la extravagancia, desigual y a menudo vigorosa, manifiesta en ella su múltiple inspiración. El absoluto idealismo se refleja en "Vera", la mujer que después de la muerte continúa viviendo en el recuerdo del amado, hasta el día en que éste, imaginándola muerta, la hace verdaderamente morir. En "Desconocida" presenta una delicadísima figura de mujer que, pese a ser sorda, escucha las palabras del alma, y renuncia al amor imposible para no estropearlo con su desventura; en "El Intersigno" desfilan los signos premonitorios de la muerte.
Otra fuente de inspiración es el horror, como en el relato titulado "Convidado de las últimas fiestas", en el que aparece un gran señor que, aficionado a las ejecuciones capitales, se siente feliz cuando puede sustituir al verdugo. La más cruda ironía predomina en "Las señoritas de Bienfilâtre", una de las cuales falta a su deber y muere a causa de ello, después de haber amado sinceramente a un joven en lugar de continuar en su oficio nocturno, gracias al cual, en unión con su hermana, mantenía a sus ancianos padres. En parte de los relatos citados es innegable la influencia de Edgar Allan Poe; pero el tono lírico, exuberante, a menudo intenso, es personal del escritor.
La multiplicidad de inspiración continuaría en los Nuevos cuentos crueles (1888): el idealismo reaparece en "El amor sublime", amor de las almas que no está sujeto a la realidad, ni siquiera a los celos de un marido vulgar; el horror es extraordinario en "La tortura de la esperanza": la esperanza de la evasión imposible es el último tormento dado a un judío en el tribunal de la Inquisición de Zaragoza; y la ironía de "Las señoritas de Bienfilâtre " se repite en "Las amigas de pensión".
En 1883, el mismo año en que publicó sus primeros Cuentos crueles, Villiers de l'Isle-Adam había hecho representar con escasa fortuna otro drama, Le monde nouveau. Alentado por la colaboración en Le Figaro y la admiración de insignes jóvenes amigos, publicó Atribulado Bonhomet (1887), recopilación de cinco relatos de los que sobresale la novela corta Claire Lenoir, una cruel sátira del filisteísmo científico en el siniestro personaje del "doctor" (opuesto a la viuda Claire Lenoir, símbolo de la pureza espiritual delicada y mágica), y la audaz novela La Eva futura (1886), crudo y desconcertante relato del amor de un joven por una mujer mecánica que adquiere un alma misteriosamente y la pierde a través de un misterio no menor. Tras un ciclo de conferencias en Bélgica, Auguste Villiers falleció, agotado, en un hospital, amorosamente asistido por Joris-Karl Huysmans. El Théâtre Libre había representado el mediocre drama Évasion, impreso luego póstumo junto con otras obras del autor.
Sólo unas cuantas narraciones, de ambigua y delicada belleza, destacan intensamente sobre el resto de su producción, animada pero también inficionada por un lirismo ardiente y descompuesto, aunque no carente de matices, y por la excesiva tensión del estilo, fastuoso, musical e interrumpido por mordaces ironías, y a veces con resultados de una desconcertante pureza. Como tantos otros precursores, Villiers de l'Isle-Adam no supo comprender claramente sus propias intenciones; de ahí que la incoherencia de su mundo espiritual aparezca reflejada en sus obras. Axël, el primer drama realmente simbolista, señaló, no obstante, una fecha. "Maestro en idealismo" de Stéphane Mallarmé, Villiers influyó asimismo en Joris-Karl Huysmans y en León Bloy, y también Paul Claudel aprendería no poco de su teatro.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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