Teodorico I

(? - Campo Mauríaco, cerca de Troyes, actual Francia, 451) Rey de los visigodos de Aquitania (418-451). Sucesor de Walia, no se conformó con el foedus firmado entre éste y Honorio, que le ataba a Roma y demarcaba el territorio para su pueblo. Entre 425 y 439 intentó ocupar territorios hacia el este, atacando Arlés y Narbona, pero fue rechazado en ambos casos, aunque consiguió la independencia de Roma a cambio de renunciar a la conquista de la Narbonense. Al invadir los hunos las Galias, se alió de nuevo con los romanos; murió luchando contra Atila.


El rey visigodo Teodorico I

Perteneciente a la dinastía de los Baltos, Teodorico era nieto de Alarico I (395-410) y sucedió a Walia (415-418). Heredó de este último el reino de Tolosa, federado con Roma, que se extendía principalmente por la Aquitania romana y rivalizaba con francos y burgundios en sus ambiciones sobre la Galia. En 416, Walia había firmado con Honorio (395-423), emperador romano de Occidente, un pacto de foedus, renovado en 418, que reconocía el asentamiento de los visigodos en el suroeste de la Galia a cambio del apoyo militar visigodo al ejército imperial en la lucha contra otros pueblos bárbaros. Mediante su pacto con los visigodos, Roma pretendía neutralizar a uno de sus enemigos y convertirlo en su aliado frente al resto de los invasores germánicos presentes en las provincias más occidentales del Imperio.

En virtud de este pacto, en el año 421 Teodorico I envió un ejército visigodo como tropas auxiliares del ejército imperial del magister militum occidental Castino contra los vándalos asdingos de Gunderico en la Bética. Suevos y vándalos dominaban vastas extensiones de la Hispania occidental y meridional y amenazaban la seguridad de la Tarraconense, territorio de vital importancia que se mantenía bajo control imperial. En el transcurso de la batalla contra los vándalos, los visigodos abandonaron repentinamente el contingente romano, que fue derrotado por el ejército de Gunderico. Sin ninguna oposición militar importante, los vándalos devastaron las provincias orientales de la Península y pudieron preparar su paso al norte de África.

A la muerte del emperador Honorio en 423, Teodorico I, aprovechando la inestabilidad generada por los conflictos sucesorios, decidió romper el foedus acordado con el Imperio y emprendió una campaña de conquista por el territorio de la Galia meridional. Invadió la mayor parte de la Narbonense, pero fracasó en el asedio de Arlés (425), que resistió gracias a la pericia militar del general romano Aecio. Un nuevo pacto con Roma (426) garantizó el reconocimiento de la independencia del reino visigodo de Tolosa y la libertad de Teodorico I para aceptar un nuevo foedus; en contrapartida, los visigodos se comprometieron a abandonar la conquista de la Narbonense.

Pero al cabo de poco tiempo, en el momento en que Aecio se enfrentaba al gobernador de África Bonifacio, el monarca visigodo volvió a dirigir sus tropas contra la Narbonense (435). Sitió Narbona (436), pero tuvo que repeler el ataque del general romano Litorio contra Tolosa, sede de la monarquía visigoda. El conflicto con los romanos se prolongó durante tres años. Finalmente, Aecio y Teodorico I firmaron una nueva paz y se restableció la situación anterior a la segunda campaña (439). Con todo, los visigodos fueron consolidando su poder sobre Aquitania, Novempopulania y parte de la Narbonense y de la Lugdunense.

Paralelamente a su enfrentamiento con Roma, Teodorico I llevó a cabo una política de alianzas con suevos y vándalos con la intención de expandir su reino en detrimento del Imperio. En el marco de esta política, acordó el enlace de su hija con Humerico, hijo del rey vándalo Genserico (428-477); tres años más tarde la esposa fue repudiada por presiones de Roma. Por otra parte, casó a otra de sus hijas con el rey suevo Rekhiario (448-457), que recibió el apoyo de Teodorico I en la conquista de Lérida. En esta conquista participaron también hordas bagaudas, que representaban una grave amenaza interna en las provincias galorromanas e hispanorromanas.

Habiéndose aliado nuevamente con Roma, en 446 volvió a mandar un contingente de visigodos como tropas auxiliares del ejército imperial del general Vito en su intento de contener las incursiones suevas en la Bética. Las tropas suevas del rey Rékhila (441-448) derrotaron a los visigodos y forzaron la huida de Vito.

Posteriormente, ante la irrupción en la Galia del ejército de Atila, formado por una coalición de hunos y diversos pueblos germánicos, Teodorico I selló una alianza con Aecio y con los francos. Las tropas romanas, visigodas y francas frenaron a Atila en la batalla de los Campos Cataláunicos (451) y le obligaron a retroceder. Pese a la victoria, Teodorico I murió en el Campus Mauriacus (Campo Mauríaco). La muerte del rey visigodo dio lugar a una disputa sucesoria entre sus hijos. Su sucesor inmediato fue Turismundo (451-453), que continuó la expansión del reino de Tolosa en la Galia, hasta que su hermano, el futuro Teodorico II (453-466), orquestó su asesinato para acceder al trono visigodo.

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Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].