Oskar Schlemmer

(Stuttgart, 1888 - Baden-Baden, 1943) Pintor y escultor alemán. Tras sus estudios en la Academia de Stuttgart, Oskar Schlemmer pintó obras influidas por Cézanne y relacionadas con el cubismo. Después de 1920 realizó grandes relieves sobre pared y pinturas, en las que aparece su tema más característico: la figura humana como forma esencial por su rigurosa composición estereométrica (Grupo concéntrico, Las escaleras de la Bauhaus). Schlemmer destacó también por sus diseños para teatro y ballet (Danza del vidrio, 1929). Tras haber enseñado en la Bauhaus, en la Academia de Breslavia y en la Academia de Berlín, el nazismo lo apartó de la docencia.


Oskar Schlemmer

De la trayectoria artística de Oskar Schlemmer es hoy especialmente recordada su innovadora labor como coreógrafo y diseñador para teatro y ballet. Invitado por Walter Gropius, Schlemmer fue maestro en la Bauhaus de 1921 a 1929, y, además de enseñar pintura y escultura, dirigió el taller de teatro desde 1923. El teatro fue una materia esencial dentro de la formación de la Bauhaus; la representación escenográfica era una buena forma de hacer converger disciplinas y oficios dispares en una tarea común; por otro lado, ocupaba un lugar destacado dentro de los programas de fiesta de la escuela.

El montaje más famoso creado por Schlemmer fue el Ballet triádico, estrenado en Stuttgart en 1922, donde se conjugaban en una perfecta simbiosis la danza, la música, el vestuario y la pantomima. En realidad, esta obra era un antiballet. Los danzantes llevaban un vestuario de formas geométricas básicas y el espectáculo no se fundaba en el virtuosismo expresivo del cuerpo humano, sino en la conjugación de elementos plásticos, el espacio y las figuras en movimiento.


Vestuario para el Ballet triádico, de Oskar Schlemmer

En Dessau, Schlemmer se sumó a la búsqueda de formas esenciales que por entonces regía el trabajo de la escuela, desarrollándolas en series de danzas como Juego de la construcción, Paseo de las cajas, Danza de la forma o Danza del gesto. Con ellas quería investigar los elementos fundamentales para la creación y configuración teatrales: espacio, forma, color, tono, ritmo, armonía, movimiento y luz.

Los figurines de aquellas coreografías, también diseñados por Schlemmer, conformaban brillantes juegos visuales de elementos básicos, y los danzantes llevaban máscaras que les transformaban en personajes anónimos, en encarnaciones de prototipos genéricos de comportamiento, alejados de cualquier individualidad expresiva. Con ellos Schlemmer legó un repertorio de formas elementales de la representación escenográfica en el que hallaron sus raíces muchos de los renovadores del teatro posterior.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].