Fredrik Reinfeldt

(John Fredrik Reinfeldt; Österhaninge, Södermanland, 1965) Político sueco que fue primer ministro de Suecia desde 2006 hasta 2014. Nacido en el seno de una familia de pequeños empresarios, Fredrik Reinfeldt estudió en Tensta, un suburbio ultramoderno de Estocolmo, en cuya universidad obtuvo una licenciatura en económicas. De niño vivió varios años en Londres, donde su padre trabajó para la compañía Royal Dutch Shell.


Fredrik Reinfeldt

Cuando sólo tenía dieciocho años empezó su carrera política en la universidad como miembro de las juventudes del Moderata Samlingspartiet (Partido Moderado, conservador), y fue elegido diputado en el Parlamento (Riksdag) por primera vez en las elecciones generales de 1991, cuando su partido y los otros del centroderecha (el denominado bloque burgués) obtuvieron un precario triunfo y formaron un Gobierno de coalición dirigido por Carl Bildt que sólo duró tres años.

Reinfeldt fue presidente de las juventudes del Partido Moderado de 1992 a 1995, tras derrotar a Ulf Kristersson en un controvertido congreso conocido como “La batalla de Lycksele”. Obtuvo un máster en economía en la Universidad de Fairfax, en Estados Unidos, y en 1993 publicó su primer libro, Det sovande folket (El pueblo durmiente), una requisitoria contra el Estado del bienestar y en defensa de una sociedad neoliberal. En 1995 fue elegido presidente de la Comunidad Demócrata de la Juventud de Europa (DEMYC), que agrupa a las organizaciones juveniles de los partidos conservadores y demócrata-cristianos europeos, cargo que ejerció hasta 1997.

Reelegido diputado ininterrumpidamente desde 1991, se mostró muy activo en el trabajo parlamentario, hasta el punto de poner en tela de juicio la estrategia de la dirección del veterano Carl Bildt en un libro publicado en 1994: Nostalgitrippen (El viaje nostálgico). La severa derrota que sufrió su partido en las elecciones generales de 2002 le llevó a una profunda reflexión autocrítica sobre la conveniencia de aceptar sin complejos el Estado del bienestar levantado por los socialdemócratas durante más de sesenta años en el poder.

Líder del grupo parlamentario y portavoz de cuestiones económicas desde 2002, en octubre de 2003 Reinfeldt fue elegido por unanimidad presidente del Partido Moderado, en sustitución de Bo Lundgren, tras haber hecho campaña en favor de un cambio radical de ideario, de personas y estrategia.

Reinfeldt levantó ampollas entre sus correligionarios al defender la orientación hacia el centro y el abandono de las que consideró anticuadas consignas en contra del Estado del bienestar, en la esperanza de lograr el respaldo de parte del electorado tradicional del Partido Socialdemócrata, necesario para lograr el poder en una sociedad tan igualitaria.

Abjuró del ultraliberalismo juvenil, se propuso la renovación y el rejuvenecimiento del partido, lanzó su concepto de “nuevos conservadores” y criticó incluso a varios dirigentes veteranos del Partido Moderado empecinados, según él, en la eterna reivindicación de “rebajas masivas e injustas de impuestos” y recortes de las prestaciones sociales. Por eso fue tildado de “comunitarista”, tributario de la doctrina social de la democracia cristiana, y en su viaje ideológico al centro tuvo que vencer fuertes resistencias del aparato partidista.

Con estas premisas, en octubre de 2005, Reinfeldt llegó a un acuerdo con otros tres partidos del llamado bloque burgués (Liberal, Demócrata Cristiano y Centro) para constituir la Alianza por Suecia, una coalición electoral y de alternativa gubernamental que presentó un programa común por primera vez en la historia electoral sueca, expurgado de la tradicional diatriba derechista contra el supuesto despilfarro socialdemócrata. Ese programa insistió, por el contrario, en que el problema del empleo era el más importante del país, ya que sólo trabajaba un sueco de cada tres en edad de hacerlo. Propugnó rebajas de impuestos para los salarios medios y bajos, pero no para las empresas, como era tradicional.

Para dinamizar un sistema al borde del agotamiento y con la población envejecida, la Alianza por Suecia propuso, entre otras medidas socioeconómicas, la rebaja de impuestos para las rentas más bajas y un recorte de las prestaciones para los parados de larga duración, los que estaban de baja por larga enfermedad y los prejubilados, con el fin de establecer una clara diferencia entre lo que recibían los que trabajaban y la prestación de los que no lo hacían, única manera de incentivar la búsqueda de un empleo. El credo económico de la coalición vendedora era “que el trabajar sea rentable”. En junio de 2006 Reinfeldt, junto con su correligionario Carl Bildt, asistió a una reunión del Grupo de Bilderberg en Ottawa (Canadá).

Durante la campaña electoral se granjeó el apodo de El Jabón por su habilidad para sortear las preguntas comprometidas y halagar a los electores. Salió bien parado en su confrontación televisada con el primer ministro socialdemócrata, Göran Persson, y abogó por “un cambio tranquilo”. Se presentó como un líder humilde, joven, un sueco corriente, que sabe escuchar, aunque algo frío y tecnocrático, según sus críticos. El futuro de Europa, la incorporación a la zona euro, el problema de la inmigración y los conflictos internacionales estuvieron completamente ausentes de la pugna electoral.

En las elecciones generales (17 de septiembre), el Partido Moderado obtuvo el 26,1 % de los votos, la más fuerte progresión (+10,9 %) de un partido sueco entre dos elecciones y su mejor resultado desde 1928. La Alianza por Suecia de los partidos llamados burgueses logró el 48,1 % de los sufragios (178 escaños), mientras que el bloque rojo-verde, integrado por el Partido Socialdemócrata y sus aliados ex comunistas (Partido de la Izquierda) y Verdes, se quedó en el 46,2 % (171 escaños). Los pequeños partidos alcanzaron el 5,7 % de los votos, pero ninguno superó la barrera del 4 % necesario para entrar en el Parlamento. La participación alcanzó el 80 % del censo.

En sus primeras declaraciones tras el triunfo electoral, Reinfeldt señaló: “Ganamos porque los suecos decidieron dejar de cerrar los ojos ante el paro y comprendieron que los socialdemócratas son el partido de los subsidios, mientras que nosotros formamos el nuevo partido de los trabajadores.”

Elegido por el Parlamento por 175 votos a favor y 169 en contra, Reinfeldt tomó posesión del cargo de primer ministro el 5 de octubre y su Gobierno de coalición cuatripartito entró en funciones al día siguiente. En su discurso de investidura, afirmó que Suecia formaría parte activa de la Unión Europea (UE) y que aumentaría su presencia en los asuntos internacionales más conflictivos. Este protagonismo diplomático explicaba probablemente el nombramiento de Carl Bildt, ex primer ministro y negociador del ingreso en la UE, como ministro de Asuntos Exteriores. Una designación sorprendente si se tiene en cuenta que Reinfeldt basó parte de su ascenso en la crítica de su predecesor en la dirección del partido.

El Gobierno comprendía doce hombres y diez mujeres, una joven negra en el Ministerio de Inmigración y un homosexual notorio en el de Medio Ambiente, además de los líderes de los otros tres partidos de la coalición. Con tan precaria mayoría parlamentaria, la primera preocupación de Reinfeldt sería la de mantener cohesionada a la alianza que le llevó al poder.

Reinfeldt reside en Täby, una pequeña localidad a 15 kilómetros en automóvil de Estocolmo, de cuyo ayuntamiento es alcaldesa su esposa, Filippa, también militante del Partido Moderado. El matrimonio tiene tres hijos: Ebba, Gustav y Erik. Domina el inglés y es aficionado al fútbol. A menudo ha sido comparado con el líder conservador británico David Cameron.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].