Walter Horatio Pater
(Shadwell, Londres, 1839 - Oxford, 1894) Escritor británico. Sus ensayos sobre arte ejercieron una influencia determinante en los poetas del grupo prerrafaelista y, con posterioridad, en autores como Oscar Wilde; entre ellos cabe destacar los reunidos en El Renacimiento (1873), Retratos imaginarios (1887) y Apreciaciones (1889). Como novelista, se dio a conocer con Mario, el epicúreo (1885).
Walter Pater
Estudió en el Kings School de Canterbury y en el Queens College de Oxford, donde recibió una sólida educación humanista, sobre todo en los clásicos antiguos. En 1866 efectuó un viaje a Italia (Rávena, Pisa y Florencia) y se interesó vivamente por el arte renacentista. Ese mismo año apareció en la Westminster Review su primer ensayo, que versaba sobre el poeta Samuel Taylor Coleridge; en la misma revista publicó, en enero de 1867, un trabajo sobre Winckelmann. Su primera obra importante fue El Renacimiento (1873), donde reunió ensayos sobre Sandro Botticelli, Leonardo da Vinci, Pico della Mirandola y otros destacados literatos y artistas de ese periodo.
Durante esa época habían surgido en Europa tendencias asociadas directa o indirectamente a un esteticismo que enaltecía el arte como propuesta suprema. Algunos artistas como Dante Gabriel Rossetti, humanistas como John Ruskin o novelistas como Thomas Moore trabajaron en tal dirección. En el caso de Walter Pater, su ideal esteticista estaba asociado a una revisión y conversión del canon humanista occidental, de modo que evolucionara hasta privilegiar el ideal estético en la creación. Para Walter Pater, la experiencia artística elevaba los momentos raros y preciosos de la vida a categoría estética. Oscar Wilde, valiéndose de esos presupuestos, creó buena parte de sus cuentos y El retrato de Dorian Gray (1891).
Pater desarrolló sus ideas a través de la crítica y, junto con Wilde, formuló el concepto del "crítico como artista", lo que realzó el discurso crítico a categoría artística y creó un puente entre ambos géneros. Puede afirmarse que para Pater, como dijo el teórico H. Bloom, "la personalidad es la más elevada fusión de arte y naturaleza, y, mucho más que la sociedad, es el condicionante principal de la vida y obra del artista".
En 1885 publicó su novela filosófica Mario, el epicúreo, en la que reflejó su concepción de la existencia como experiencia religiosa, espiritual y estética. Ambientada en Roma en tiempos de Marco Aurelio, su contexto clásico permite generar una ficción didáctica y metafísica. La novela ha sido descrita por los críticos como de gran belleza formal pero aislada de la realidad, y en general una parte de la crítica acusó al escritor y a sus seguidores de llevar la literatura (y al arte por extensión) a un callejón sin salida. Otros, por el contrario, ensalzaron su labor, tanto en la estética como en el plano de la ficción, como una resistencia de la naturaleza esencial e invariable del arte. En 1887 publicó los Retratos imaginarios, fragmentos de ficciones filosóficas. Póstumamente se publicaron sus ensayos sobre los griegos y otros estudios importantes.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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