Alonso Mudarra
(Diócesis de Palencia, c. 1510 - Sevilla, 1580) Compositor español. Canónigo de la catedral de Sevilla desde 1546, escribió música para vihuela. Es conocido, sobre todo, por sus Tres libros de música en cifras para vihuela (1546), en los cuales se incluyen tientos, fantasías, danzas y variaciones, además de canciones con acompañamiento en latín, castellano e italiano.
Primera edición de Tres libros de música en cifras para vihuela (1546)
Alonso Mudarra se crió en Guadalajara en casa de los duques del Infantado, a los que sirvió durante varios años. En el palacio de los duques entabló contacto con literatos y poetas y conoció la obra de clásicos como Virgilio y Horacio, pero también autores de su época como Jorge Manrique o de Garcilaso de la Vega, adquiriendo cierta formación humanística. Con Íñigo López de Mendoza viajó a Italia en 1529, cuando aquél formó parte del séquito que acompañó al emperador Carlos V en su visita a los territorios españoles en la península e islas itálicas.
En 1546 su hermano Francisco Mudarra, que fue representante ante el Vaticano del cabildo catedralicio de Sevilla desde 1539 hasta 1555, consiguió para Alonso una canonjía de la catedral sevillana. Posteriormente, en 1568, Alonso Mudarra fue elegido mayordomo de fábrica de la misma iglesia, debiéndose encargar, por lo tanto, de los gastos y desembolsos del cabildo.
Aunque en la catedral no ejerció nunca cargo alguno con denominación propiamente musical (fue nombrado, en cambio, visitador del Sagrario en 1565, presidente de la Antigua en 1566 y juez de Testamento y Suplicaciones en 1571), Mudarra se ocupó a menudo de la resolución de asuntos o problemas relacionados que afectaban a la catedral; formó parte, por ejemplo, de comisiones encargadas de la selección de músicos, de tomar decisiones sobre la reparación o construcción de los órganos o de las que fijaban la ración que se le podía asignar al organista.
En su Declaración de instrumentos (1549), Fray Juan Bermudo incluye su nombre entre los de los tañedores más sobresalientes de vihuela, certificando la reputación de que Mudarra gozó como intérprete; su fama póstuma ha quedado vinculada, sin embargo, a su obra como compositor. En 1546 publicó en Sevilla, en la imprenta de Juan de León, Tres libros de música en cifras para vihuela, obra con composiciones de la época en que estaba en Guadalajara y que inscribe al autor entre los músicos catedralicios del siglo XVI que formaron la prestigiosa escuela sevillana: Francisco de Peñalosa, Pedro de Escobar, Juan Vázquez, Pedro Fernández de Castilleja, Francisco Guerrero y Cristóbal de Morales, entre otros.
De entre las composiciones que contiene la obra, las de sus dos primeros libros son puramente instrumentales: 27 fantasías, 9 tientos (uno cifrado para arpa), 2 romanescas, 3 pavanas, 3 gallardas, 7 glosas sobre fragmentos de misas de Josquin des Prés y de Antonie de Fevin y unas diferencias sobre el Romance del Conde Claros y sobre el tema popular Guárdame las vacas; demuestra el autor en todas ellas un ingenio vivaz que les da un marcado acento personal.
El tercer libro contiene 27 piezas para canto con acompañamiento de vihuela, que el propio Mudarra clasifica por géneros de la siguiente manera: 3 motetes (a partir de letras de Adrián Willaert, Nicolás Gombert y Pedro de Escobar), 3 romances, 3 canciones, 7 sonetos, 4 versos (que hay que entender como 4 estrofas), 5 villancicos y 2 fabordones. Puso música en estas composiciones a textos de los poetas latinos Horacio, Virgilio y Ovidio; los españoles Jorge Manrique, Juan Boscán y Garcilaso de la Vega; y los italianos Petrarca y Sannazaro, consiguiendo reflejar con su música, hondamente sentida, un profundo e inspirado lirismo en las coplas, canciones y sonetos, y también en los romances y villancicos tradicionales en castellano o gallego.
La última pieza del tercer libro es un tiento para arpa u órgano, en la que el autor muestra una nueva manera de cifrar y propone que se siga esa nueva notación. A propósito de esa pieza, anuncia Mudarra su intención de publicar un libro dedicado al arpa y el órgano, la primera de cuyas composiciones había de ser esta última del libro tercero; lo tenía preparado, pero nunca llegó a imprimirlo.
La música de Alonso Mudarra se caracteriza por el uso de un contrapunto denso y de una relativa libertad en la disonancia frente a los grandes vihuelistas precedentes, Luis Milán y Luis de Narváez. En ese sentido, y por lo que se refiere al segundo aspecto, en la Fantasia que contrahaze la harpa en la manera de Ludovico escribe un pasaje en el que las disonancias son tales que el propio autor tiene que advertirlo: “Desde aquí hasta cerca del final hay algunas falsas; tañéndose bien no parecen mal”; además, en esa pieza aparece impreso por primera vez un empleo descendente del tetracordo frigio, considerado después característico de la música andaluza.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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