Condes de Monterrey

Título de la nobleza española. En 1474 Sancho Sánchez de Ulloa, esposo de Teresa de Zúñiga (teórica heredera del mayorazgo de Monterrey), fue proclamado I conde de Monterrey por Fernando el Católico como premio a su fidelidad a la Corona castellana durante las luchas nobiliarias. A Sánchez de Ulloa se debe la construcción de la torre nueva de la fortificación de Monterrey, llamada torre de don Sancho.

A la muerte en 1492 de Sánchez de Ulloa, pasó a ser la II condesa de Monterrey su hija Francisca de Zúñiga y Ulloa, que contrajo matrimonio con Diego de Acevedo y Fonseca. El hijo de ambos, Alonso de Zúñiga y Acevedo Fonseca, recibió el título de III conde de Monterrey. Alonso de Zúñiga y Acevedo Fonseca aumentó las posesiones del condado y formó parte de la corte del emperador Carlos V, para el que actuó como consejero en diversas ocasiones. En 1535 fue nombrado tratador en las Cortes de Monzón (Huesca); gracias a sus buenas relaciones con San Francisco de Borja, pudo fundar el colegio de jesuitas de Monterrey.


Gaspar de Zúñiga Acevedo y Velasco, V conde de Monterrey

Uno de los descendientes más importantes de esta familia fue Gaspar de Zúñiga Acevedo y Velasco, V conde de Monterrey, que participó en la invasión de Portugal con las tropas de Felipe II y defendió La Coruña contra los ingleses. Fue el fundador de Monterrey durante su mandato como virrey de Nueva España (1595-1603), puesto que también ejerció en Perú (1603-1606), desde el que promovió el Tribunal de Cuentas y preparó una expedición a la Patagonia (Argentina).

De su matrimonio con Inés de Velasco y Aragón nacieron Inés de Zúñiga y Velasco, futura esposa del conde-duque de Olivares, y Manuel Alonso de Zúñiga Acevedo y Fonseca, VI conde de Monterrey. Protegido e incondicional del valido de Felipe IV, Manuel Alonso de Zúñiga Acevedo y Fonseca ejerció de virrey y capitán general en Nápoles entre 1631 y 1637, y accedió al cargo de presidente del Consejo de Italia; amante del arte, trató con algunos de los mejores artistas y escritores de su tiempo, como Velázquez, José de Ribera y Lope de Vega; sin embargo, su talante disoluto y su declarada codicia condicionaron su buena posición.

Otro de los más significados componentes de esta saga familiar, Juan Domingo de Haro, fue marqués de Monterrey por su matrimonio con Inés Francisca de Zúñiga y Fonseca, VII condesa de Monterrey. Juan Domingo de Haro ejerció el gobierno de los Países Bajos (1671-1675) y comandó un gran ejército, parte del cual luchó en Maastrick. Como virrey de Cataluña se enfrentó a las fuerzas de Luis XIV de Francia y cayó temporalmente en desgracia al no evitar la pérdida de Puigcerdá (Girona). Más tarde recuperó el favor de Carlos II y fue nombrado consejero de Estado y presidente del Consejo de Flandes. En 1699 dejó la corte ante las presiones de su enemiga política, la reina Mariana de Neoburgo, segunda esposa de Carlos II.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].