Álvaro de Mendaña

(Congosto, León, 1541 - Isla de Santa Cruz, Islas Salomón, 1595) Navegante y explorador español. Álvaro de Mendaña y Neira viajó a Perú en 1567 a instancias de un pariente suyo llamado Lope García de Castro, gobernador y presidente de la Audiencia de Lima, que le asignó el mando de un viaje de exploración que debía descubrir la Terra Australis, es decir, el gran continente que supuestamente se hallaba al sur del Océano Pacífico.


Álvaro de Mendaña

Las dos naves de la expedición, Los Reyes y Todos los Santos, zarparon del puerto de El Callao el 10 de noviembre de 1567 con una tripulación de ciento cincuenta hombres dirigidos por Álvaro de Mendaña como general, Pedro Ortega como maestre de campo y capitán de la almiranta, el cosmógrafo Pedro Sarmiento de Gamboa al mando de la nao capitana y Hernán Gallego como piloto mayor.

Los criterios de los distintos mandos de la expedición chocaron entre sí desde los primeros momentos, según se desprende de los escritos que redactaron sobre el viaje. Después de muchas dudas e incertidumbres sobre el rumbo elegido, en febrero de 1568 llegaron al archipiélago de las islas Salomón, al oeste de Nueva Guinea. Tras explorar numerosas islas e intentar sin éxito establecer un asentamiento en la isla de Guadalcanal, la mayor del archipiélago, el deterioro de los barcos y la escasez de alimentos llevó a la expedición al límite de su resistencia. Renunciando a alcanzar la Terra Australis, Mendaña ordenó el regreso al Perú. Los navíos fondearon el puerto de El Callao el 11 de septiembre de 1569.

En Perú, Álvaro de Mendaña solicitó con insistencia el reconocimiento de sus derechos sobre las tierras descubiertas hasta que seis años más tarde, en 1575, fue nombrado adelantado y gobernador de las islas Salomón. Mendaña relató su encuentro con varias tribus antropófagas y con un sinfín de riquezas que, según él, debían de proceder de Ofir, la legendaria tierra de las minas del rey Salomón; pero las fabulaciones del explorador no sirvieron para alentar a marinos y armadores a viajar hacia sus islas.

En 1595, o sea veintiséis años más tarde, logró finalmente el patrocinio del entonces virrey del Perú, García Hurtado de Mendoza, para emprender un segundo viaje al archipiélago. En esta nueva expedición, que tenía como propósito fundar una colonia, le acompañaron entre otros su mujer, Isabel Barretos, y el piloto Pedro Fernández de Quirós. Desviados del rumbo original, durante la travesía descubrieron las islas Marquesas, y tras dirigirse a las Salomón y asentarse en la isla de Santa Cruz, Mendaña hubo de sofocar una rebelión encabezada por Pedro de Molina; cansado y enfermo de malaria, murió en la isla de Santa Cruz el 18 de octubre de 1595. Fue Isabel Barretos, la esposa del navegante, quien, con la ayuda del piloto Fernández de Quirós, encauzó de nuevo el viaje y logró llegar hasta Manila (11 de febrero de 1596), donde fue recibida con honores por su hazaña.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].