Giulietta Masina
(San Giorgio de Piano, 1921 - Roma, 1994) Actriz de cine italiana. Tras estudiar Filosofía y Letras en la Universidad de Roma, comenzó a trabajar en la radio como actriz de seriales escritos por Federico Fellini, su marido desde 1943. Debutó en el cine en una de las películas más emblemáticas del Neorrealismo cinematográfico, Paisa (1946), de Roberto Rossellini.
Si bien intervino en películas firmadas por Alberto Lattuada o Luigi Comencini, su carrera alcanzó un notable prestigio trabajando en una serie de películas de su marido. Aunque algunas de sus primeras intervenciones no fueron especialmente notables -como en Luces de variedad (1951)-, otras le permitieron ser admirada por los espectadores de todo el mundo.
A mediados de los cincuenta consiguió una interpretación memorable en La strada (1954), en el papel de Gelsomina. El conjunto de personajes que desfilan por la cinta, la relación sentimental -entre espiritual y masoquista- que Gelsomina mantiene con Zampano, papel que recayó en Anthony Quinn, el tono crítico, patético de La Strada, resaltaban más la interpretación de la Masina, una mujer dulce, enamorada, sumisa, que se adecuaba perfectamente al físico de la actriz. El tono de este personaje le permitirá desarrollar con gran fuerza e integridad a la protagonista de Las noches de Cabiria (1956), de Fellini.
Otro de los momentos cruciales en su carrera se produjo cuando rodó a las órdenes de su marido Giulietta de los espíritus (1965), película que marca un momento de inflexión en la carrera del director y del cine italiano. Lo ideológico queda escondido en beneficio de la estética, de la sugerencia, y el poder cautivador de una imágenes deslumbrantes. También trabajó en su última producción importante, Ginger y Fred (1986), donde Fellini aprovechó para dar una particular visión del mundo de la televisión. Como protagonistas contó con su esposa y con Marcello Mastroianni en un remedo de lo que fueron Ginger Rogers y Fred Astaire para la comedia musical clásica. Con sesenta y seis años, la actriz contribuía al tono crepuscular y ácido del argumento.
Aunque el prestigio le vino por los trabajos con su marido y por las películas realizadas en Italia, Giulietta Masina trabajó con directores de distintas nacionalidades. De estas colaboraciones cabe mencionar su participación en Landrú (1963), de Claude Chabrol, sobre la vida del famoso asesino francés, o el trabajo que realizó en La loca de Chaillot (1969), de Bryan Forbes, película que marcó el inicio de un largo paréntesis en su carrera, ya que no volvió a rodar hasta 1985, cuando, bajo la dirección de Juraj Jakubisko, intervino en Perinbaba. La influencia de Masina en su marido ha sido algo notable. Mujer de acendrado catolicismo, hizo que algunas de las ideas de su esposo pasasen por este tamiz y, posiblemente, no se explicarían aspectos de la cinematografía de éste sin la presencia de su esposa.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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