Machaquito
(Rafael González Madrid; Córdoba, 1881-1955) Torero español. Formó parte de la cuadrilla juvenil que organizara un banderillero retirado, "Caniqui", en la que alternó muchas tardes con "Lagartijo Chico", sobrino del genial Rafael Molina Sánchez. Recibió la alternativa el 16 de septiembre de 1900 de manos de Emilio Torres Reina, "Bombita", hermano mayor de quien pronto habría de convertirse en su competidor sobre la arena. El toro cedido se llamaba Costillares, y procedía de la ganadería del Duque de Veragua. Unos minutos antes, "Lagartijo Chico", apadrinado por don Luis Mazzantini y Eguía, se había doctorado con la lidia y muerte de Jardinero, perteneciente a la misma vacada.
A partir de esta fecha, las trayectorias de "Machaquito" y "Lagartijo Chico" comenzaron a divergir: mientras éste, incapaz de responder a las expectativas derivadas de sus antecedentes familiares, se fue hundiendo poco a poco en el montón de los coletudos mediocres, "Machaquito" empezó a progresar desde la temporada de 1901, en la que intervino en sesenta festejos.
En 1902, considerado ya como uno de los primeros espadas del momento, protagonizó un episodio heroico que le reportó la Cruz de la Beneficencia: el día 29 de agosto, mientras lidiaba un toro en la pequeña plaza de Hinojosa del Duque (Córdoba), parte del tendido se vino abajo y dio con sus ocupantes en la arena del ruedo. Asustado, el toro se dispuso a cornear a los caídos; pero Rafael González se interpuso en su acometida, y, con desprecio de su propia vida (era peligrosísimo entrar a matar en aquel trance improvisado), acabó con el toro de una soberbia estocada.
Aquella temporada actuó en cincuenta y tres sesiones; en 1903, fueron sesenta y cuatro las corridas que lidió, y cien en la campaña de 1904. Fue éste último uno de sus años más exitosos, tanto en España como en Hispanoamérica, sobre todo por su gran cantidad de actuaciones. En 1905, a pesar de que redujo sus intervenciones a cincuenta y tres festejos, consiguió un logro que tal vez no iguale nunca ningún diestro: para acabar con los ciento veintiséis toros que mató, empleó tan sólo ciento treinta y cinco estocadas. En San Sebastián, además, el día 20 de agosto, enjaretó al miura Resbaloso una de las mejores faenas que jamás haya visto la afición donostiarra.
Fue por estos años cuando una parte del mundillo taurino quiso enfrentar el estilo noble, rudo y peleón de Rafael González Madrid, "Machaquito", con la técnica más depurada -si bien igualmente temeraria- de Ricardo Torres Reina, "Bombita". Esta rivalidad dentro de los cosos, si bien un tanto forzada, sirvió para llenar de emoción e interés el peligroso vacío que pudo haber quedado entre la retirada de Rafael Guerra Bejarano,"Guerrita", y la ruidosa aparición de José Gómez Ortega, "Joselito" y Juan Belmonte García.
Aunque es cierto que este enfrentamiento con un torero más largo y poderoso que él -como, en efecto, lo era "Bombita"- fue en menoscabo de "Machaquito", no lo es menos que de la misma repentina rivalidad ganó el torero cordobés un afán por pulir, dentro de sus limitaciones artísticas, la aspereza de su estilo legionario. Unida esta mejora a su destreza a la hora de abordar la suerte suprema, no es de extrañar que "Machaquito" contara, durante los primeros años del siglo XX, con una nutrida y bulliciosa multitud de partidarios.
Esta innata facilidad para recetar estoconazos fulminantes (que, a pesar de su eficacia, no venían ejecutados con toda la pureza que pide la ortodoxia, pues arrancaban de un antiestético paso atrás dado por "Machaquito" segundos antes de echarse sobre el toro), le convirtió en el paradigma del matador valiente, certero y efectivo. El 9 de mayo de 1907, en la arena de la plaza de la Corte, se sirvió de tal maestría para despenar al miura Barbero, que el respetado crítico Don Modesto suplicó que tan extraordinario lance quedara inmortalizado en una escultura. Don Mariano Benlliure, gran aficionado a la Fiesta, aceptó el reto y reprodujo el feliz suceso en una de sus obras más logradas: La estocada de la tarde.
"Machaquito" estuvo en los primeros puestos del escalafón hasta que, el 4 de julio de 1909, en el ruedo de Palma de Mallorca, el toro Gurupeto, del hierro de Saltillo, le asestó una cornada tremenda que anduvo a pique de acabar con su vida. Recuperado y reaparecido en 1910, volvió a lidiar más de sesenta corridas, cantidad que también rebasó en las campañas de 1911, 1912 y 1913. Pero ya no mandaba como antes, y buena prueba de ello es que la afición había enredado ahora a su antiguo rival en una apasionada competencia con Rafael Gómez Ortega, "El Gallo".
Además, la nobleza y gallardía de "Machaquito" le llevó a solidarizarse con "Bombita" en los pleitos que éste levantó contra los empresarios más poderosos, de resultas de lo cual se vio muy poco favorecido en la confección de los carteles. Abrumado, además por la irrupción vertiginosa e imparable de "Joselito", se retiró del toreo en Madrid, el 16 de octubre de 1913, día en que cedió los trastos a un toricantano que ya venía, desde novillero, revolucionando el planeta de los toros: Juan Belmonte.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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