José Luzán
(José Luzán Martínez; Zaragoza, 1710 - id., 1785) Pintor español. Maestro de Bayeu, Goya y Antonio Martínez, fue uno de los promotores de la Academia de Bellas Artes de Zaragoza. Colaboró con la Inquisición en la supervisión de las obras de arte.
Hijo del dorador y pintor Juan Luzán, es probable que iniciara su aprendizaje de las técnicas del dibujo y la pintura en la academia que había fundado en la misma ciudad de Zaragoza, en 1714, el escultor Juan Ramírez. A los dieciséis años ingresó como criado de honor en la casa de los Pignatelli, condes de Fuentes, quienes, interesados por el arte, le enviaron a Nápoles, ayudándole económicamente para que completara su formación artística con el pintor Mastroleo, discípulo de Solimena.
Hacia 1735 regresó a Zaragoza, donde, como artista con cierta personalidad propia que aportaba además visiones, conceptos y técnicas nuevas procedentes de Italia, cosechó grandes éxitos, hasta el punto de que el rey Felipe V le nombró en 1741 pintor supernumerario de la Casa Real (Pintor de Cámara ad honorem). Como tuvo que trasladarse a Madrid para jurar el cargo, pudo ponerse en contacto con los pintores de la Corte, intercambiar pareceres, examinar sus obras y visitar las colecciones reales; todo ello sirvió para acrecentar sus conocimientos de pintura.
Detalle de La venida de la Virgen del Pilar (c. 1765), de José Luzán
En 1743, de nuevo en Zaragoza, contrajo matrimonio con Teresa Zabalo, hija del pintor y arquitecto Juan Zabalo. Al seguir su fama y prestigio en aumento, el Tribunal de la Inquisición de Zaragoza le designó revisor de cuadros, y el Cabildo Metropolitano le encomendó la tasación de los trabajos que se encargaran a artistas.
Pero su gran vocación fue la enseñanza del dibujo y la pintura; ello se reflejó en su labor desinteresada en la academia de dibujo de José Ramírez, que había relevado a su padre, fallecido en 1739. En 1754, la academia se trasladó a unas salas bajas del palacio de los Pignatelli, que seguían prestando a Luzán todo su apoyo; allí se formaron en el dibujo y en la técnica del óleo los pintores Francisco y Ramón Bayeu, Francisco de Goya, José Beraton, Tomas Vallespín y Antonio Martínez, junto a muchos otros alumnos.
El vivo interés de José Luzán por la enseñanza se plasmó también en su lucha en pro de la creación en Zaragoza de una Academia de Bellas Artes reconocida oficialmente, pero los intentos llevados a cabo por Luzán y los principales artistas zaragozanos con ese fin se vieron frustrados en tres ocasiones (1746, 1753 y 1771), en compensación de lo cual los protectores de Luzán, los Pignatelli, prestaron su casa para que se impartieran, gratuitamente, enseñanzas de pintura y escultura. José Luzán destacó también por su oposición a que la recién creada Academia de San Fernando (1752) dictara normas a las que se tuvieran que someter los artistas.
José Luzán debió su fama en vida a un estilo particular, caracterizado por una pincelada suave que se fue haciendo cada vez más dulce y clara, y por un colorido rico y cálido, fruto del influjo napolitano. Entre sus obras cabe destacar los lienzos de la capilla del Pilar de la Catedral de Huesca (La venida de la Virgen del Pilar y El Milagro de Calanda); los lienzos de la capilla Nuestra Señora de Zaragoza la Vieja, en la iglesia de San Miguel de los Navarros (Zaragoza), titulados Aparición de Nuestra Señora de Zaragoza la Vieja y Asalto a la ciudad por los navarros con la protección del Arcángel (1750); el lienzo del trasaltar mayor de la iglesia de San Felipe de Zaragoza sobre La degollación del Bautista (hacia 1752); y el cuadro Inmaculada con San Juan Bautista, San José, San Joaquín y Santa Ana (1781) en el santuario de Nuestra Señora de la Oliva de Ejea de los Caballeros (Zaragoza).
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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