Juan de Luna
(Toledo, c. 1580 - Londres, c. 1630) Escritor español. Profesor de español en París y en Londres, Juan de Luna publicó en la capital francesa el manual bilingüe Diálogos familiares, en los cuales se contienen los discursos, modos de hablar… para los que quieren aprender la lengua castellana (1619). También escribió Arte breve y compendiosa para aprender a leer, escribir, pronunciar y hablar la lengua española (1623).
Algunos críticos, entre ellos Marcelino Menéndez Pelayo, identificaron a Juan de Luna con el autor de una continuación del Lazarillo de Tormes titulada Segunda parte de Lazarillo de Tormes, que fue publicada en París en 1620; dicha edición aparecía firmada por un tal «H. (o I.) de Luna». Menéndez Pelayo basó la atribución en la similitud de las locuciones empleadas en los Diálogos familiares y la Segunda parte de Lazarillo de Tormes, así como en el lugar y la fecha de edición de ambas obras.
En la Segunda parte de Lazarillo de Tormes, el protagonista, Lázaro, deja Toledo para dirigirse a Argel; en Cartagena encuentra a su escudero, que le hace objeto de una burla. Se embarca y naufraga, encuentra un tesoro en el fondo del mar y mientras intenta sacarlo a flote es capturado por unos pescadores que lo ponen en un recipiente lleno de agua y, con el permiso de la Inquisición, lo pasean por toda España, haciéndolo pasar por un monstruo mitad hombre y mitad pez. Lázaro intenta en vano librarse de los pescadores, los cuales amenazan con quemarlo como criatura embrujada y lo hunden en el agua cada vez que intenta hablar; finalmente logra escapar y regresa a Toledo, donde sorprende a su mujer con el arcipreste, y se va entonces a Madrid a trabajar de mozo de cuerda, aconteciéndole curiosas aventuras que completan el cuadro de la corrupción de la época.
La continuación de Juan de Luna es sobre todo una sátira feroz contra la Inquisición española y contra la hipocresía del clero. Literariamente, aunque está lejos del arte sobrio y vigoroso del auténtico Lazarillo de Tormes, consigue a menudo verdadera fuerza expresiva, si bien la fantasía del escritor cede a la anécdota y se percibe el artificio de un arte más hábil y más cuidadoso de sus efectos.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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