Paul Lukas
(Budapest, 1895 - Tánger, 1972) Actor de cine estadounidense de origen húngaro. Tras realizar cursos de interpretación, se introdujo en el teatro, donde logró ser uno de los actores más populares de la década de los años diez en su país. Casi inmediatamente, consiguió entrar en diversos repartos cinematográficos que le llevaron a otros rodajes en Austria. Unos años después, a finales de la década de los veinte, cuando Hollywood asistió a su transformación más importante con la implantación del sonoro, Lukas se instaló en Los Angeles para continuar con una carrera muy activa, aunque quizá no todo lo relevante que él hubiese deseado.
Adolph Zukor fue quién le dio la oportunidad de empezar en el cine estadounidense, con películas como Dos amantes (1928), de Fred Niblo, Tres pecadores (1928), de Rowland V. Lee, director con el que trabajó en otras películas (Los amores de una actriz, 1928; El lobo de Wall Stree, 1929), y en varias obras de Dorothy Arzner. No obstante, Lukas estuvo vinculado a la Paramount hasta 1932, durante un período muy prolífico en el que participó en interesantes films de George Abbot (Entre la tierra y el cielo, 1929), William A. Wellman (Aguiluchos, 1930), John Cromwell (Desengaño, 1931) o Rouben Mamoulian (Las calles de la ciudad, 1931).
Paul alternó estos trabajos con otras producciones de la Warner, entre las que cabe destacar El vigía (1928), de Alexander Korda, La gran jugada (1933), de William Dieterle, Su vida privada (1935), Mervyn LeRoy. Bajo el amparo de este Estudio conseguirá el único Oscar de su carrera por el excelente papel en Whatch on the Rhine (1943), de Herman Shumlin, en la que trabajó al lado de Bette Davis.
No obstante, como inigualable secundario también fue reclamado por otros Estudios como Columbia, en cuyo seno interpretó en 1933 A la luz del candelabro y El beso en el espejo, ambas dirigidas por James Whale, y en 1934 Doy mi amor, como protagonista, y El don de la labia, ambas de Karl Freund. De su colaboración con la Metro Goldwyn Mayer merece la pena mencionar Espionaje (1937), de Kurt Neumann, y Strange Cargo(1940), de Frank Borzage, con Clark Gable y Joan Crawford.
En los primeros años treinta, tras nacionalizarse estadounidense, fue protagonista de varias películas de Richard Wallace (Tomorrow and Tomorrow, 1931; Thunder Below, 1932) y de William Wyler (Fascinación, 1934), quien además le tuvo en una buena historia titulada Desengaño (1936). A finales de esta década Alfred Hitchcock le llama para intervenir en Alarma en el expreso (1939). Cabe también recordar su participación en Noche en el alma (1944), de Jacques Tourneur.
En la recta final de su carrera, durante la cual no abandonó el teatro, trabajó en varios episodios televisivos de la serie policíaca FBI (1965) de la cadena ABC, además de otras apariciones esporádicas. En el cine intervino en diversas películas dirigidas por Victor Saville (Kim de la India, 1950), John Huston (Las raíces del cielo, 1958), Vincente Minnelli (Los cuatro jinetes del Apocalipsis, 1961), Henry King (Suave es la noche, 1962), Nicholas Ray (55 días en Pekín, 1963) y Richard Brooks (Lord Jim, 1965), sin duda algunas de las firmas más importantes del cine estadounidense.
Paul Lukas fue uno de los rostros más reconocibles en el cine estadounidense de los años treinta y cuarenta. Elegante en sus maneras, su fino bigote le ayudó con un aire de seductor, aunque fueron otros papeles bien diferentes, especialmente los personajes oscuros -espía, oficial nazi-, los que le marcaron a lo largo de los cuarenta años que dedicó a la interpretación cinematográfica.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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