Josep Maria López-Picó
(Barcelona, 1866-1959) Poeta español en lengua catalana. Cursó los estudios de filosofía y letras en la universidad catalana e inició sus tareas literarias en el grupo "Joventut". Fue secretario de la Sociedad Económica de Amigos del País, cargo plácido que le permitió consagrarse plenamente a la poesía.
Su obra lírica y el amor y cuidado de la familia fueron los únicos motivos vitales de Josep Maria López-Picó, hombre sin biografía, sin vicisitudes externas, que vivió casi setenta y cinco años en perfecta paz consigo mismo y con la sociedad; viajó poco, no persiguió honores ni lucros, no promovió ni participó en polémicas ni tuvo detractores, ya que su voluntaria oscuridad social no despertaba la envidia de nadie.
Aparte de la obra poética, el hecho más notable de su existencia es la fundación y dirección de La Revista (1915) y la pequeña editorial aneja del mismo nombre; en una y otra colaboraron gran número de escritores jóvenes, que en López-Picó encontraban a un amigo y a un crítico benévolo. En dichas publicaciones se dieron a conocer además muchas obras de poetas y escritores extranjeros contemporáneos, con lo que nuestro autor contribuyó a airear las letras catalanas de su tiempo bajo el impulso europeísta del novecentismo capitaneado por Xènius (Eugeni d'Ors), de quien López-Picó muestra un influjo directo, sobre todo en sus prosas Moralitats i pretextos.
Su obra de poeta es vastísima. Entre sus primeros libros, Intermezzo galant y Turment-Froment (ambos de 1910) y Pax (1948), dio a luz unas sesenta colecciones; al morir dejó inéditas una treintena. Además de las ya citadas notas critico-filosóficas, Moralitats y pretextos, publicadas periódicamente en su revista y luego reunidas en volumen, dio a la estampa algunas traducciones, entre las que destaca De les mil i una nits, adaptaciones de la gran recopilación de narraciones orientales.
La poética de López-Picó está enraizada en la rica tradición medieval catalana (Ausiàs March, Ròis de Corella, Jordi de Sant Jordi). El tema amoroso centra su producción de la juventud y la madurez; un amor, entiéndase bien, cristianamente legitimo, el de la esposa y madre de sus hijos, expresado, ya desde el primer canto, en acentos austeros y trascendentales.
Hombre de inalterables convicciones religiosas, su poesía invade el campo ascético y metafísico con el hambre de absoluto y la espera de Dios, la consideración de la muerte cristiana como liberación y paso a la inmortalidad en alma y carne, la exaltación del primer hombre y la primera mujer y la invención del diálogo amoroso (Invocació secular, 1926), y los misterios de la Encarnación, de la Redención y de la Comunión de los santos. Sus fuentes son la Biblia, los Padres de la Iglesia, la liturgia y las devotas tradiciones del pueblo.
López-Picó compuso poemas de amplio aliento teológico y cultivó el epigrama circunstancial y familiar, y un paisajismo metafórico, artificioso. De él se ha dicho que daba por bueno todo cuanto salía de su pluma y todo lo estimaba apto para ser puesto en letras de molde y publicado. Su estilo es muy particular, confuso y luminoso a un tiempo, a la vez hinchado y escueto; sus ideas (más que profundas, poco clarificadas) pugnan por tomar cuerpo en palabras e imágenes de una evidente ascendencia orsiana, pero saltan aquí y allá versos sublimes, como frutos de una feliz inspiración automática, gratuita.
Tal vez por esto nuestro autor se interesó poco por la prosa. La que llegó a escribir, tan "magistral", es más bien pesada que grave; el problema de la expresión en prosa fue insoluble para él. Ejemplo riguroso de vocación lírica, su obra, en apariencia muy diversa, obedece a un impulso único, extrañamente obstinado, y los resultados, vistos en conjunto, ofrecen una cierta monotonía y una cierta falta de relieves y claroscuros. Sus frecuentes invocaciones y sus apóstrofes solemnes parecen en ocasiones el efecto de un mecanismo de ritmo sincopado que obrase por inercia. Carles Riba ya dijo que los versos de López-Picó son el frío cumplimiento de un deber sagrado. En 1931 sus amigos publicaron una extensa Antología lírica, con un prólogo de Carles Riba; y en 1948 apareció el primer volumen de Obres completes, que comprende sus sesenta primeros libros.
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Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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