Charles Le Brun
(Charles Lebrun o Le Brun; París, 1619-1690) Pintor francés. Estudió en Roma con Poussin y fue uno de los fundadores de la Real Academia de Pintura y Escultura de París, que dirigió desde 1663. Nombrado pintor del rey (1664) y director de la manufactura de los Gobelinos (1663), que gracias a él adquiriría un notable esplendor, fue director y organizador de las obras del Palacio de Versalles (1679-1684). Tenía una concepción monumental y didáctica de la pintura, a veces de magnitudes épicas, como en sus cuatro inmensos lienzos sobre las batallas de Alejandro Magno; de sus retratos sobresale El canciller Séguier. En sus últimos años, ya apartado de los cargos oficiales, realizó sus mejores obras.
Charles Le Brun
La rigidez creciente del centralismo y del estatismo en el reinado de Luis XIV de Francia llevó a la actividad artística oficial a adoptar una política de prestigio fecunda a veces, pero cuyo precio fue un ideal estético ecléctico y académico, que tuvo a menudo la única finalidad de ensalzar al rey y al Estado. Un artista descubierto por el ministro Jean-Baptiste Colbert aseguró durante buena parte del reinado el control práctico sobre las tendencias de las artes gráficas, pictóricas y decorativas: Charles Le Brun.
Alumno de Simón Vouet en París, Charles Le Brun completó su formación con una estancia en Roma (1642-1646) en compañía de Nicolás Poussin. Su pericia técnica, ya demostrada en Hércules y los caballos de Diomedes (hacia 1640, City Art Gallery and Museum, Nottingham), le permitió rivalizar con Poussin, exponiendo anónimamente en público composiciones que eran imitaciones del maestro; el arte de Le Brun sabría fundir las enseñanzas de Poussin y la manera barroca de los artistas boloñeses, ésta última presente en sus grandes composiciones.
De regreso a París, su gran capacidad de trabajo le granjeó el favor del público, y fue uno de los pintores más solicitados. Apoyado ya por Nicolás Fouquet, a la caída de éste obtuvo con la ayuda del ministro Jean-Baptiste Colbert el favor del rey, quien lo nombró pintor real (1664) y director de la manufactura de los Gobelinos (1663) y del gran proyecto decorativo de Versalles (1679-1684), convirtiéndolo en el dictador de todo el arte francés.
Detalle de Entrada de Alejandro Magno en Babilonia (1665)
Su labor al frente de la manufactura de los Gobelinos fue un éxito reconocido por todos; sus obras maestras fueron allí las magníficas series de tapices de la historia del rey y de las casas reales, donde la nobleza de las composiciones es realzada por el acuerdo admirable de los elementos ornamentales. En el Palacio de Versalles supervisó todos los proyectos de decoración, dando modelos al equipo por él reunido y creando los excelentes conjuntos de la Escalera de los Embajadores y la Galería de los Espejos. Pero la fértil invención, el sentido del detalle, la subordinación armoniosa del adorno al efecto arquitectónico aparece igualmente en muebles, orfebrería y otras producciones conocidas por los innumerables dibujos del artista. No se puede hablar de un «estilo Luis XIV» sin entender la aportación de Charles Le Brun, quien consiguió trasladar la capitalidad del arte de Roma a París.
De la prolífica obra como pintor de Charles Le Brun cabe destacar los cuatro grandes lienzos (tres de ellos miden más de doce metros) sobre las campañas de Alejandro Magno, hoy en el Museo del Louvre (1661-1673). En ellos el artista soluciona tan vastas composiciones con gran número de figuras de forma perfecta, si bien se echa en falta una emoción que desplace la obra de lo académico a lo genial. Tal frialdad compositiva, carente de naturalidad, se refleja en el tratamiento de los colores y de las figuras y puede observarse también en sus obras religiosas, e incluso en los retratos.
El canciller Séguier (1661)
Una memorable excepción la constituye el retrato de El canciller Séguier (1661, Museo del Louvre): la composición, dotada de un singular equilibrio y riqueza, recuerda un bajorrelieve y reposa, sin embargo, en un sutil estudio psicológico y una gran variedad cromática. Muerto Colbert en 1683, su sucesor, el marqués de Louvois, optó por conceder un mayor protagonismo oficial al también pintor y retratista Pierre Mignard, rival suyo, y Le Brun se vio desplazado de los grandes encargos. El artista se dedicó entonces a pintar pequeños cuadros, entre los que merece citarse la Natividad (hacia 1689, Museo del Louvre).
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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