Yves Klein

(Niza, 1928 - París, 1962) Pintor francés. Su prematura muerte contribuyó a consolidar la aureola mítica que la intensidad y el carácter insólito de sus propias actividades (acciones, pinturas, exposiciones o composiciones musicales) le habían ya proporcionado en vida.

Klein fundía el inconformismo dadaísta con una profunda espiritualidad que se sustentaba en su pasión por la filosofía oriental y por el esoterismo. De hecho, estaba adscrito a la secta de los Rosacruces y practicaba el kárate como una forma de integrar la energía física y la espiritual. Todas sus acciones tenían para él un sentido metafórico y con ellas anticipó prácticas que luego se hicieron comunes a lo largo de la década de los sesenta.

En 1954 inició sus pinturas de campos monocromos, que al principio eran de diversas tonalidades pero que finalmente redujo al azul ultramar. Este color llegó a ser hasta tal punto una huella de reconocimiento de sus obras que él mismo lo bautizó como color IKB (International Klein Blue).

Sus Antropometrías son pinturas realizadas por mujeres desnudas que se embadurnaban en azul IKB y se convertían en una continuación del pincel del artista cuando dejaban la huella de sus cuerpos sobre lienzos extendidos en la pared o el suelo. En ocasiones las realizó en público y acompañado por músicos, preludiando lo que hoy llamaríamos performances.


Antropometría nº 8, de Yves Klein

Klein quiso elevar a la categoría de agente plástico a diversos elementos como el humo, el aire o el fuego, y, mediante un lanzallamas, realizó diversas series de Pinturas de fuego, cuyas superficies mostraban la huella de múltiples y pequeñas quemaduras. Sus últimas obras fueron las Cosmogonías, soportes pintados que dejaba al aire libre para que los agentes atmosféricos actuaran sobre ellos.

Algunas de sus actividades anticipan lo que será el arte conceptual; entre ellas, la presentación en la galería Iris Clert de París de una exposición titulada Vacío (1958). Consistió en dejar un espacio completamente desnudo, lo que para Klein significaba una exhibición de zonas de sensibilidad pictórica inmaterial, que no dudó en "vender". Las ganancias fueron arrojadas al Sena. El anticonvencionalismo de las escenificaciones de Klein y el plurimorfismo de su obra respondían a un profundo deseo de despertar la conciencia espiritual del ser humano, de amplificar su capacidad para sentir las fuerzas del cosmos y conocer la verdadera esencia del universo.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].