Juan IV de Portugal
(Juan IV de Portugal, llamado el Afortunado; Villaviciosa, España, 1604 - Lisboa, 1656) Rey de Portugal (1640-1656). La coronación en 1640 de Juan IV, primer soberano portugués perteneciente a la Casa de Braganza, supuso el restablecimiento de la independencia de Portugal respecto de la Monarquía Hispánica. Además de derrotar a los españoles, durante su reinado Portugal logró imponerse a los holandeses en importantes enfrentamientos bélicos que le permitieron recuperar parte de sus colonias.
Juan IV de Portugal (detalle de un retrato de Rubens)
Hijo de Teodosio II de Braganza y de Ana de Velasco, Juan de Braganza encarnó las aspiraciones de independencia de Portugal respecto de la Monarquía Hispánica. El peso de las guerras con los Países Bajos provocó en 1640 una sublevación en Lisboa que resultó triunfante; una junta nobiliaria le ofreció el trono y el nuevo monarca, ratificado por las Cortes, inició su reinado con el nombre de Juan IV de Portugal. Se inauguraba con ello una nueva dinastía en el trono portugués, la de la Casa de Braganza, a la vez que se rompía la unión monárquica con España.
El ascenso al trono de Juan IV abrió un largo período de conflictos con España, que no reconoció al nuevo soberano y no cejó en sus esfuerzos por anexionarse Portugal hasta 1668, con la firma del tratado de Lisboa. Para consolidar la independencia, Juan IV estableció alianzas con Francia, Dinamarca y Suecia, países enemigos de España, así como una tregua de diez años con los Países Bajos (1641). Ejerció como mediador entre catalanes (también sublevados) y franceses y derrotó a los españoles en Montijo en 1644.
Todas las colonias portuguesas, excepto Ceuta, le reconocieron como rey, y las aumentó con la restitución de Angola y de Brasil, que había sido ocupado por los holandeses: en 1649 y 1654 los portugueses lograron importantes victorias navales frente a los holandeses en las costas de Brasil, recuperando así sus posesiones en América del Sur. Juan IV de Portugal gobernó con energía y habilidad, saneando las finanzas y fomentando el comercio y la agricultura. Gracias a su buena administración, logró restaurar la imagen de Portugal, que volvió a ser un país respetado dentro de Europa.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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