Robert Jarvik
(Robert Koffler Jarvik; Midland, Michigan, 1946) Médico estadounidense. Licenciado en zoología (1968) y en medicina (1976), Robert K. Jarvik empezó tempranamente a trabajar con órganos artificiales. Experto en biomateriales, diseñó un corazón artificial mecánico, conocido como Jarvik-7, que fue implantado por primera vez en un paciente en 1982. Este dispositivo se hallaba solamente indicado para un periodo de pocos años, a la espera de recibir un corazón trasplantado compatible, a causa de los múltiples problemas que ocasionaba. Sin embargo, su trabajo sirvió para desarrollar los denominados dispositivos de asistencia ventricular.
Robert K. Jarvik
El nombre de Robert Jarvik se halla indisolublemente unido a una fecha y a una intervención quirúrgica: el 2 de diciembre de 1982, un equipo médico del Utah Medical Center, dirigido por el doctor William De Vries, implantó el primer corazón artificial a un paciente humano. La operación se llevó a cabo en Salt Lake City, capital del estado de Utah. El corazón implantado era un prototipo diseñado por el entonces joven doctor Jarvik, de 36 años, miembro del Instituto de Ingeniería Biomédica de la Universidad de dicho estado.
Jarvik, que se basó en los estudios del doctor W. Kolff, había bautizado su corazón artificial con el nombre de Jarvik-7. El Jarvik-7 era una prótesis de poliuretano, aluminio y nailon de trescientos gramos de peso, veinte más que un corazón humano. Mediante dos conductos de un metro de longitud, se conectaba a un compresor externo del tamaño de un televisor que actuaba sobre una membrana y producía el movimiento de bombeo de los falsos ventrículos. De esta forma se aseguraban las sucesivas dilataciones y contracciones, así como la propulsión de la sangre hacia la aorta.
El primer paciente al que se le trasplantó permanentemente un corazón artificial fue un dentista jubilado estadounidense de 61 años de edad llamado Barney Clark. Clark sufría una miocardiopatía y no tenía posibilidades de sobrevivir mucho tiempo. Por esta razón, el equipo médico dirigido por De Vries decidió implantarle el prototipo Jarvik-7 mediante una operación que duraría seis horas. La parte más difícil era la desconexión progresiva del sistema de circulación extracorpórea mientras se hacía funcionar el corazón artificial. Los cirujanos también tuvieron problemas con uno de los ventrículos de la prótesis. La intervención era extremadamente compleja a causa del edema pulmonar que padecía el paciente y a la fragilidad de los tejidos, afectados por un prolongado tratamiento con cortisona.
En un primer momento la operación se consideró un éxito, pero en seguida el paciente sufrió varias crisis por las que hubo que ser intervenido tres veces más. La primera de las operaciones tuvo lugar dos días después, el 4 de diciembre, a fin de resolver un problema pulmonar. Diez días más tarde, el paciente era operado de nuevo para reparar una válvula que se había agrietado, y posteriormente se le sometió a una última intervención para atajar una hemorragia nasal. Finalmente, el paciente experimentó debilitamiento renal, diversas infecciones y presión arterial excesiva. Barney Clark falleció 112 días después del histórico trasplante.
El corazón inventado por Robert Jarvik, un inventor precoz que a los 17 años ya había diseñado una grapadora quirúrgica para suturar incisiones, no parecía ser, obviamente, la solución definitiva; no obstante, en los años siguientes se realizaron otras operaciones similares con más éxito, y el invento de Jarvik se convirtió en una solución momentánea para casos desesperados, a la espera de un trasplante natural.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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