Baltasar Íñigo
(Valencia, 1656 - 1746) Matemático y físico español. Sacerdote, doctor en teología y beneficiado de la Catedral de Valencia, Íñigo Baltasar fue uno de los principales protagonistas de la renovación científica valencia de las últimas décadas del siglo XVII. Dicha renovación tuvo como principal escenario las tertulias y academias privadas que se celebraban en la ciudad, inicialmente de carácter literario pero con una presencia cada vez mayor de temas filosóficos y científicos.
Íñigo frecuentó estas tertulias y en particular la que se reunía en la biblioteca del marqués de Villatorcas, a la que asistían también otros dos jóvenes matemáticos coetáneos como Tomás Vicente Tosca y Juan Bautista Corachán, con los cuales constituyó, hacia 1686, una academia de matemáticas en su casa. En esta academia, concebida según el modelo de las sociedades científicas europeas, los "novatores" valencianos realizaban experiencias de física y observaciones astronómicas, dictaban lecciones de matemáticas y celebraban "congresos" con el objeto de debatir diversas cuestiones científicas.
Testimonio de la academia de Íñigo es un interesante manuscrito de la pluma de Juan Bautista Corachán, que actuaba de secretario, cuyo contenido lo constituyen las actas de cuatro de aquellos "congresos". Los temas de los congresos abarcan tanto la matemática "pura": geometría, aritmética, álgebra, cónicas... como la matemática "mixta" o "fisicomatemática": movimiento local, mecánica (máquinas simples), estática..., así como disciplinas de carácter aplicado como la arquitectura civil y militar y la artillería. Es decir, el conjunto de temas habitualmente incluidos en los cursos enciclopédicos de matemáticas publicados en Europa en la segunda mitad del siglo XVII.
Los "congresos", en el citado manuscrito de Juan Bautista Corachán, están estructurados en forma de diálogo entre tres personajes (Euphyander, Phylomusus y Didascalus, nombres que en la academia se daban Corachán, Tosca e Íñigo). Didascalus inicia el tema y Euphyander y Phylomusus plantean y desarrollan sobre el mismo diversas cuestiones. El carácter de "maestro" o "preceptor" asignado a Íñigo parece sugerir la superioridad de conocimientos de éste, lo cual concuerda con algunos testimonios contemporáneos, como el de Gregorio Mayáns y Síscar y el de Antonio Bordázar, que lo llama "el Arquímedes de nuestro siglo".
Se ignora cuántos años duró aquella academia, así como si Íñigo mantuvo, ya en el siglo XVII, alguna actividad pública como científico. No editó ninguna obra y de sus escritos inéditos se conserva tan sólo un cuaderno de 67 páginas, más tablas y gráficos, que contiene una parte de erratas y anotaciones a la segunda edición del Cursus seu Mundus Mathematicus (1680) de Claude François Milliet Dechales, una tabla de ángulos de refracción, una tabla de alcances en el tiro de proyectiles en función del ángulo de tiro, una tabla de alturas solares y una reseña de un libro de Louis Joblot, titulado Descripción et usage de plusieur nouveaux Microscopes (1718). También se conserva el segundo tomo del ejemplar del mencionado Cursus, que fue propiedad de Íñigo, con las abundantes correcciones y anotaciones al texto realizadas por éste.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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