Hugo I Capeto
(Dourdan?, hacia 938 - París, 996) Rey de Francia (987-996). Hijo de Hugo el Grande, Hugo I Capeto estaba casado con la carolingia Adelaida de Poitou. Su familia pertenecía a los «robertianos», los condes de París, que en el siglo IX habían disputado la corona a los debilitados reyes carolingios. En el año 987, tras la muerte del último rey carolingio, Luis V, fue proclamado rey de Francia por los nobles más importantes del país, en medio de un clima de apatía general.
Hugo Capeto
Con la base de su poder centrada en sus posesiones patrimoniales en los territorios situados entre el Sena medio y el Loira, y en las ciudades de París y Orleans, Hugo Capeto tuvo que hacer frente a las pretensiones de la nobleza, en especial de las casas de Anjou y Champagne, que intentaban apoderarse de las últimas posesiones pertenecientes a la Corona. La posición de la monarquía era muy precaria; el poder real se encontraba muy debilitado, en especial en el sur. Por otra parte, al haber sido elegido de entre ellos, la mayoría de los nobles consideraban a Hugo Capeto como a un igual, a pesar de reconocer su soberanía en el plano teórico.
Para hacer frente a esta situación, Hugo Capeto, como también harían sus sucesores, utilizó la astucia y el tacto en sus relaciones con la nobleza. Hugo Capeto asoció a su hijo Roberto I el Piadoso al gobierno real, para así realzar su condición de único heredero en el momento en que tuviese que hacerse cargo del reino. Además, buscó el apoyo de la Iglesia, práctica común de los monarcas de la época enfrentados a los violentos embates del feudalismo que socavaban la autoridad real. De esta manera logró mantener sus prerrogativas y asegurar la corona para su familia en la persona de Roberto I.
Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «».
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
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