Roy Forbes Harrod

(Londres, 1900 - Holt, 1978) Economista británico. Seguidor de John Maynard Keynes, estudió las condiciones del crecimiento armonioso en una economía capitalista y los posibles factores que condicionan su inestabilidad.


Roy Harrod

Harrod cursó la carrera universitaria en las dos universidades más prestigiosas del país, en Oxford y Cambridge, y fue uno de los discípulos más aventajados del famoso economista Keynes. En el año 1922, recién licenciado, comenzó a impartir clases en el Christ Church de Oxford, donde permanecería hasta 1967. Su actividad docente tan sólo se vio interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, en la que sirvió a su país como consejero personal del primer ministro Winston Churchill.

Nombrado, entre los años 1945 a 1961, director adjunto del Economic Journal, en el año 1948 publicó su primera obra de relieve, Towards a Dynamic Economics (Hacia una economía dinámica), en la que afirmó, siguiendo la teoría keynesiana, que la cuestión decisiva en el crecimiento económico de un país estriba en la tasa de aumento del producto nacional, necesario para garantizar el uso pleno de una cantidad de capital siempre creciente.

En 1952 fue nombrado asesor del Fondo Monetario Internacional. Desde este puesto, Roy F. Harrod siguió haciendo notables aportaciones teóricas sobre el comercio internacional, los problemas de la liquidez internacional, los problemas de crecimiento económico superando las condiciones del equilibrio estacionario y los ciclos económicos; para ello se basó en esquemas del tipo de "principio de aceleración".

En relación a este último punto y teniendo en cuenta la función que realiza el progreso técnico, Roy Harrod elaboró un modelo económico, quizá el más célebre de todos los modelos de crecimiento, que expuso en su artículo Essay in Dinamic Theory. De una manera totalmente independiente, el estadounidense Evsey D. Domar hizo el mismo hallazgo en el año 1946, por lo que el modelo económico fue bautizado con el nombre de Harrod-Domar.

El modelo Harrod-Domar expresa las condiciones que debe tener una economía capitalista o de mercado para generar el volumen de demanda global necesario para permitir un desarrollo sostenido y equilibrado. Sin abandonar nunca el sistema keynesiano, este modelo considera la capacidad productiva como una variable a lo largo del tiempo. Para garantizar el equilibrio a largo plazo no basta con el volumen de ahorro, sino que es preciso que en todo momento se dé una total utilización de la capacidad productiva, incrementada a través de las nuevas inversiones.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].