Stephen Harper

(Toronto, 1959) Político conservador canadiense que fue primer ministro de Canadá desde 2006 hasta 2015. Nacido en el seno de una familia acomodada (su padre era contable de una compañía petrolífera) empezó a estudiar en la Universidad de Toronto en 1978, pero muy pronto se trasladó a Edmonton, capital de la provincia de Alberta, para trabajar como empleado en la industria petrolera. Prosiguió sus estudios en la Universidad de Calgary, en la misma provincia, por la que se licenció en economía en 1985.

Empezó su carrera política como ayudante de un diputado del Partido Conservador de Calgary en 1985. Decepcionado por las querellas intestinas entre los conservadores, en 1988 se unió a su profesor universitario, Preston Manning, y otros jóvenes políticos para constituir el Partido de la Reforma, de orientación ultraconservadora y ámbito regional, crítico del federalismo centralizado propugnado por el Partido Liberal y defensor de la autonomía financiera a ultranza de las provincias.


Stephen Harper

Derrotado en las elecciones legislativas de 1988, fue elegido diputado por primera vez en 1993, después de su virulenta campaña contra el Acuerdo de Charlottetown (22 de agosto de 1992), la reforma constitucional que otorgó a Quebec el estatuto de “sociedad distinta”, rechazado en referéndum por todas las provincias occidentales. También se mostró muy activo en el referéndum sobre la independencia de Quebec, cuyo resultado selló la derrota de los separatistas (30 de octubre de 1995).

En desacuerdo con la dirección de su partido, dimitió como diputado en enero de 1997 y fue nombrado vicepresidente de la National Citizens Coalition (NCC), una asociación de ciudadanos, grupo de presión y centro de estudios (think tank), que fustigó el despilfarro de los fondos públicos y propugnó la democracia directa mediante referéndum. Radicalizó su retórica, proclamó que el Partido de la Reforma había abandonado los principios del conservadurismo económico y lanzó una diatriba contra el Partido Liberal, al que acusó de perpetuarse en el poder mediante un sistema poco funcional y lesivo para los intereses de las provincias occidentales.

Liberal en economía, pero intransigente en cuestiones de moral y costumbres, sus detractores lo relacionaron con la derecha cristiana estadounidense más extremista. No obstante, para garantizar su promoción política, logró marginar a la extrema derecha y centrar el partido. Adversario de los nacionalistas de Quebec, se opuso a la Declaración de Calgary sobre la unidad nacional (diciembre de 1997), propugnada por el Partido Liberal, que denigró como “una estrategia de apaciguamiento” del nacionalismo quebequés.

En 2000 Harper se unió a la Alianza Canadiense, sucesora del Partido de la Reforma, de la que fue elegido presidente en 2001, y al año siguiente regresó a la Cámara de los Comunes, de nuevo como diputado por Calgary y jefe del principal partido de la oposición, tras una campaña centrada en la moralización de la vida pública. En mayo de 2002 fue elegido oficialmente líder de la oposición en la Cámara de los Comunes. Abanderado de la unión de todas las fuerzas conservadoras, negoció en secreto la fusión de la Alianza con el Partido Progresista Conservador, tras el descalabro de éste en las elecciones, y de ella surgió el nuevo Partido Conservador de Canadá (diciembre de 2003), del que fue elegido presidente.

Por primera vez, Harper dirigió a todos los conservadores unidos en la campaña electoral de junio de 2004. Con habilidad, logró apaciguar las tensiones entre moderados y radicales de derecha, pero sus posiciones contra el bilingüismo federal, el aborto y las uniones homosexuales acabaron, según todos los indicios, por restarle votos en los sectores centristas. El primer ministro saliente, Paul Martin, del Partido Liberal, volvió a triunfar, aunque con una mayoría relativa de 135 escaños. El Partido Conservador quedó en segundo lugar con 72 escaños.

Pese a la derrota, Harper fue reelegido presidente del partido con el 84 % de los votos en la convención celebrada en Montreal (17-19 de marzo de 2005), que adoptó un programa menos conservador, del que desapareció la oposición al aborto y al bilingüismo federal, pero que mantuvo el rechazo del matrimonio homosexual. También matizó su hostilidad al protocolo de Kyoto, que pretende combatir el calentamiento global. Cuando el Gobierno aceptó coyunturalmente el respaldo del separatista Bloque Quebequés para sacar adelante el presupuesto, Harper acusó al primer ministro de haber perdido “la autoridad moral para gobernar”.

Como consecuencia de varios escándalos financieros que sacudieron al Partido Liberal, los conservadores subieron espectacularmente en intención de voto en las encuestas, lo que fue aprovechado por Harper para presentar una moción de censura contra el Gobierno federal del liberal Paul Martin. Ante la ruptura del Partido Liberal con sus socios del Nuevo Partido Democrático (NDP), la moción de censura salió adelante por 171 votos a favor y 133 en contra (24 de noviembre de 2005), lo que provocó la dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones generales anticipadas.

Durante la campaña electoral, los liberales se encontraron a la defensiva en razón de nuevas acusaciones de malversación de fondos públicos, y probablemente se equivocaron al lanzar una campaña de denigración contra el líder conservador, al que tildaron de extremista inspirado por la derecha norteamericana. Harper contraatacó presentándose como el campeón de la unidad canadiense y de la justicia fiscal, capaz de reducir los impuestos y restablecer los puentes con Quebec sin por ello perjudicar las aspiraciones de las provincias occidentales.

Detrás de las reclamaciones de autonomía provincial defendidas por Harper se ocultaba lógicamente el problema del petróleo y de otros recursos naturales. Los principales yacimientos petrolíferos se encuentran en la provincia occidental de Alberta, en la que sólo viven 3 de los 32 millones de habitantes. La realidad es que el Occidente canadiense se enriquece con celeridad y atrae a un creciente número de personas, mientras que Quebec e incluso Ontario, las dos provincias que fraguaron la federación, se encuentran en franco retroceso.

En las elecciones generales del 23 de enero de 2006, el Partido Conservador obtuvo el 36 % de los votos y 124 de los 308 diputados de la Cámara de los Comunes. El Partido Liberal logró el 30 % de los sufragios y 103 escaños. El Bloque Quebequés, nacionalista, defensor de los intereses de Quebec en las instituciones federales de Ottawa, conservó sus 51 escaños, y el Nuevo Partido Democrático (NDP, de centroizquierda) mejoró sus posiciones al pasar de 18 a 29 escaños.

Como consecuencia de estos resultados tan poco concluyentes, Harper se vio obligado a formar un Gobierno declaradamente moderado, en minoría en la Cámara de los Comunes, que contaría con la tolerancia del Partido Liberal, ya que éste necesitaba de una “cura” de oposición, para mantener la estabilidad gubernamental. Una vez más, pese al sistema electoral de estilo británico (mayoritario, uninominal, por distritos), los electores se negaron a dar un cheque en blanco a cualquier partido, de manera que el vencedor relativo tendría que abordar con cautela los asuntos más polémicos, desde la autonomía financiera provincial hasta la situación de Quebec y las relaciones con Estados Unidos.

Stephen Harper es de religión protestante y está casado desde 1993 con Laureen Teskey, con la que tiene dos hijos: Benjamin (1996) y Rachel (1999). Gran aficionado al hockey sobre hielo, se declara hincha del Calgary Flames.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].