Dinastía Han

Familia reinante en China entre el 206 a. C. y el 221 d. C., con una breve interrupción entre el año 9 y el 25 d. C.

Su poder se inicia con Lieu Pang (o Kao-tsu) (?-195 a. C.), primero de los llamados Han anteriores o Han occidentales, que tenían su capital en Ch'ang-An. Era un simple campesino convertido en policía. Durante la decadencia de la dinastía Ts'in formó una banda armada con presos que había liberado y se hizo con un dominio propio en su región natal de Kiang-su. Extendió su influencia luchando contra otros jefes de banda, hasta hacerse con el Trono imperial en el 206 a. C. Gobernando con el estilo simple propio de su origen, se convirtió en un emperador muy popular. Inició la obra de fortalecimiento del Estado chino, apoyado en una burocracia profesional frente al progresivo debilitamiento del poder de la nobleza.

Entre sus sucesores destaca Wu Ti (o Wudi) (? - 87 a. C.), que accedió al Trono en el 140 a. C. Con él culminó el poderío de los Han, pues extendió el imperio chino hacia el sur (Cantón) y el norte (Corea) y venció definitivamente a los hunos, que en lo sucesivo orientarían sus acciones guerreras hacia Europa. Se alió con los letrados confucionistas para quebrar el peso de la nobleza feudal, obligando a ésta a aceptar la fragmentación de sus patrimonios mediante un sistema sucesorio igualitario.

Sus descendientes se mantuvieron en el poder hasta que éste les fue arrebatado por el usurpador Wang Mang (9 d.C.). Recuperaron el Trono imperial en el año 25 d.C., con el acceso de Liu Hsiu (? - 58 d.C.), primero de los Han posteriores o Han orientales, que trasladaron la capital a Lo-yang.

En el siglo I el imperio vivió, bajo sus sucesores, un nuevo florecimiento basado en el comercio de la seda a través del puerto de Cantón, así como en una nueva expansión territorial hacia Asia central. En el siglo II, sin embargo, la dinastía se vio debilitada por las disputas sucesorias y las conspiraciones cortesanas; éstas culminaron en la revuelta popular de los «Turbantes Amarillos» (desde 184), que obligó a abdicar al último emperador Han, Hsien (emperador de el 190 al 220), dando paso al periodo de los Tres Reinos (dinastías Wei, Wu y Shu).

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en [página consultada el ].